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I Fought The Law

Napartheid

Como es habitual, leo -por encima del hombro de mi acompañante en el metro- un titular de 20 Minutos: Comienza a ofrecerse trabajo solo a no fumadores. Mi reacción mental fruto de la libre asociación de ideas: querrán hacerlo para castigar a los nicotinómanos dado que, evidentemente, fumar es malísimo; pero a ninguna autoridad sanitaria, por contra, se le ocurrió la idea de situar en la parte baja de los contratos de trabajo unos llamativos letreros: "Trabajar puede ser motivo de una muerte larga y lenta. Trabajar puede provocar enfermedades mentales, stress, demencia, problemas respiratorios, visuales, cardiovasculares, así como graves lesiones en el aparato locomotor". Quizás por todo ello, ofrecen esos trabajos a los abstemios de la nicotina y el alquitrán; se trata de reducir riesgos mortíferos, y qué mejor que eliminarlos de los placeres y no de aquello desagradable.
De hecho no es nada nuevo. Es una forma de discriminación, desde luego, pero todo esto ya existía antes. Trabajos sólo para guapos/as, para enchufados, para bien situados, para gente con apellidos, para titulados con másters en la universidad X, para sumisos, para no ideologizados, para no reivindicativos, para no sindicalistas, para no concienciados. Una magnífica criba, para luego hacerte sentir privilegiado, parte de un club selecto, en el que por supuesto lo único que hacen es explotarte miserablemente. La sensación de privilegio reduce la de opresión y el repetir el mantra interior amoamiamo aunque sea de manera inconsciente. Sólo espero que en una supuesta sociedad futura, estas cosas se vean como usos desfasados y obsoletos, como el que observa hoy en día el feudalismo y se hace una idea similar.
En conclusión debería recordarse que, aparte de los mejunges incluídos en el cilindrito diabólico nicotínico, también mata la sobrexposición solar -debido a la reducción de ozono en la atmósfera-, la acumulación en el cuerpo via oral de la hormonas contenidas en diferentes tipos de carne, la polución urbana, los pesticidas, las ondas de los teléfonos móviles, y dentro de poco nuestros amigos transgénicos. ¿Las autoridades sanitarias desean salvarnos la vidas? Pues que se dediquen a repartir trajes sellados de neopreno y nos den un nicho en 30 metros cuadrados en un bunker anti-nuclear.

Leyendo: El Almuerzo Desnudo - William Burroughs

2 comentarios

maria -

¡Sólo me faltaba eso para estar del todo en el sector marginal! ¡Mujer y fumadora! Y no es que no me quieran contratar por ello, simplemente pretenden que lo haga casi gratis. Señooooor!

Brocco -

Desde luego, después de pasarme el 90% de mi vida respirando humos ajenos, siento un enooorme alivio ante ciertas restricciones (q si en el metro, en el curro...). Pero como verdurita no fumadora y partidaria de la legalización de todo tipo de drogas y la elección libre y personal del cnsumo de cada uno, no entiendo esa radicalización eliminando, por ej, los vagones de fumadores en los trenes, o la no habilitación de espacios pra fumadores en los centros de trabajo. Tampoco se trata de demonizar a nadie. En todo caso, al estado y esa doble moral de "uy q poco sanos son nuestros ciduadanos y q caro sale este vicio a la SS" y vega a chupar impuestos de lo pispo, oiga.

BROCCO PRESIDENTE!