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I Fought The Law

Alles is gut

Alles is gut

Tout va bien. Todo va bien. Según había leído y husmeado por ahí, el mejor film del Godard gauchista  amigo del viento del este del maoísmo. Y según lo poco que he visto del director galo, el que más me ha gustado de calle. No deja de sorprenderme el planteamiento inicial, la honestidad brutal de lo que es el cine: para hacer una película, necesitamos primero mucho dinero –y ipso facto decenas de cheques firmados-  unas vedettes que den tirón –Jane Fonda y Yves Montand-, en el film podrían estar enamorados… ¿y una historia?, ¡es verdad! Necesitamos una historia. Lo último que se les ocurre es precisamente que un film debe ir de algo.

A partir del descubrimiento de esta terrible obviedad, el rebobinado es delicioso. Encuadra la acción en Francia, en un año -1972- y describe las clases sociales del país. Obreros que obrerizan, campesinos que campesinizan, y burgueses que hablan por la televisión. En este sentido, tanto Jane Fonda como Yves Montand se ven metidos sin comerlo ni  beberlo en una ocupación de fábrica, mostrada magistralmente, en la que los obreros secuestran al patrón y lo someten a todas las humillaciones y vejaciones que los trabajadores sufren cada día. La acción va mucho más allá, incluyendo una reflexión sobre lo que supuso el 68, el papel de los intelectuales comprometidos –de verdad- en esta sociedad, la absurdida del lenguaje periodístico, y en definitivo, como nos golpea la cotidianeidad en nuestras vidas y nuestras conciencias

No deja de ser curiosa la fijación que tiene Godard contra el PCF y sus organizaciones, como en este caso la CGT. Si que es cierto que al menos admiro de los sindicalistas del film la aparición de un discurso estratégico claro y sociopolítico que echo tremendamente de menos en los nuestros de ahora. Quizás todo se ha ido demasiado a la derecha, o nos lo han provocado colonización de mentes mediante. Estos elementos reformistas del film de Godard  siguen hoy ahí, y parte de esos gauchistas de la Gauche Proletarianne están, cuando no en el decrépito y vacío socialismo francés, directamente en la anti-izquierda. Nunca entenderé, por ejemplo, qué hace en un supermercado Carrefour un activista del PCF vendiendo libros de George Marchais como si de unos san jacobos congelados se trataran, escena de un solo plano por otro lado magistralmente ejecutada y en la que aparece un sabotaje que parece obra de los actuales miembros de Yomango.

Sin embargo, a finales de 2007, me encuentro con una manifestación silenciadísima por esos medios de intoxicación que transformaron con el tiempo su sección de laboral progresivamente en la de economía y bolsa. Y cuando los veo quemar unos muñecos con forma de gerente, y prenden fuego a sus ropas de trabajo, y piden ni un solo cierre más, entonces es cuando caigo en la realidad. Gobierno de izquierda, y una put* mierda, gritan, sus banderas incluyen todas las siglas de lo sindical y bajo ellas, los ignorados de siempre. Como la conclusión final del film de Godard, lo importante es que veamos nuestras vidas en sentido histórico, y asumamos el papel que nos ha tocado vivir y cómo enfrentarlo. Las vidas hermosas ajenas a los procesos sociales no existen, aunque a veces lo parezca a algunos directores de películas-fábulas y a gran parte de la clase que nos gobierna. Todo va bien, ja ja ja.

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