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I Fought The Law

Fischia il vento (II)

 

Música para ambientar la lectura, a falta -voluntaria- de imágenes

Tras la inmensa torta electoral en Italia, los que nos ubicamos en una izquierda radical tendremos que empezar a planear qué pasa y como podemos salir de este atolladero. El intento de copiar a la IU inicial por medio de una federación de los dos partidos comunistas, los residuos de la socialdemocracia y los verdes han concluido con la ubicación por primera vez en el ámbito extraparlamentario de esas tendencias ideológicas profundamente enraízadas en la tradición política italiana, salvo la ecologista, de implantación más reciente. Incluso el Partido Socialista Europeo carece de representación fiel en el parlamento italiano a día de hoy. Aunque más alucinógeno se me hace una cámara sin comunistas, algo que solo consiguió Mussolini de la manera que ya sabemos.

El mapa parlamentario italiano se ha convertido casi en un calco del norteamericano. Conversadores clericales que rozan la ultraderecha contra centristas moderadísimos que de vez en cuando gustan de toques de progresía para encandilar a las masas más o menos rojizas que todavía quedan, por tradición familiar, por vocación o educación. Ni el mismísmo Salvatore Giuliano, el bandolero que deseaba la anexión de Sicilia a los Estados Unidos poco después de la Segunda Guerra mundial, hubiera podido imaginarse algo así, pero al final ha sido.

Acerca lo que nos pasado aquí no he opinado nunca, pero creo que incluso hemos tenido demasiada suerte. Aquí padecemos una descomposición de lo que es IU terrorífica, fruto de mil causas externas e internas que no analizaré. Lo de allí, por el contrario, es de órdago, porque allí sí tienen gente, pese a que también la han perdido. De los años de apoyo total y explicito a los movimientos sociales, el PRC ha sufrido diversos giros tácticos que les ha llevado a gobernar dos veces con un tipo equiparable en lo ideológico a un Gallardón, y en cada giro táctico unos cuantos militantes saliéndose de la casa. Extrañamente fascinada la izquierda italiana con España y en concreto con Zapatero, el PRC ha imitado dentro de dicha españolización incluso a su referente de izquierda moribundo, y así le ha ido. Miedo me da cuando ibéricos y los de la bota nos inspiramos mutuamente en lo político, creo que ya tuvimos suficiente con el eurocomunismo hace ya más de 30 años y el calcar la liquidación del PCI por Ochetto vía Iniciativa per Catalunya.

Sinceramente, creo que tras los fructíferos años de la lucha anti-globalización –que sigue teniendo sentido, pero no la misma fuerza que antes- estamos en un proceso muy serio de retroceso, y no se va a escapar nadie. Movimiento el anteriormente mentado que fue usado descaradamente como trampolín político incluso por fuerzas del social-liberalismo, una actitud de la que no se escapa al 100% ni la izquierda más o menos consecuente y que con ese actuar es responsable de la perdida de fuelle de lo que era un movimiento critico y anticapitalista de masas. Solo nos queda construir, desde abajo, desde la calle y desde el conflicto social, sumando a los que se cansaron de lo de siempre y tienen su conciencia, a los quemados, y los que viven las terribles condiciones de vida de la sociedad española, que prometen ir –tras la previsible crisis del sector de la construcción- a peor. Y ni el show de los nombramientos de ministros-vedette, equiparable al programa de nominación nde candidatos de cualquier reality show, ni los biensonantes nuevos ministerios a cargo de tecnócratas prefabricados en los despachos de las Juventudes Socialistas van a cambiar nada. Nos queda nuestro esfuerzo cotidiano, pero ojo, que llevamos ya muchos desencantos, muchas historias que se repiten, y mucho abandonar la sociedad por el juntos podemos. De momento si estos vencen nos podemos dar por satisfechos, pese a que mis cúpulas sindicales sigan con el discurso casposo y de orden de toda la puñetera vida -y sus afiliados por contra apoyando la movilización-. Igual es el inicio de algo nuevo e ilusionante. Estaremos al tanto.

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