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I Fought The Law

Pánico en las calles

Tierra trágame. Después de que los agujeros negros de Hawking se materializaran en la cumbre de una Marseniana montaña, el pánico continúa. Los del Eixample se mueven por un AVE que pase por el litoral. En Sevilla el metro provoca otro agujero. Y los próximos días, seguro que nos encontraremos otras por el estilo. Lo llaman Agenda Setting. En los 70, se puso de moda las películas de catástrofes. En los 80, durante un tiempo no se hablaba más que de accidentes en parque acuáticos. Al año siguiente, de accidentes de aviones.
En una clase de geografia de segundo de BUP me hablaron de Porcioles y sus peculiares acciones en la ciudad. Convertir la Avenida Meridiana en una autopista -con semáforos-, promover el bloque bloque bloque y los barrios periféricos, ordenanzas municipales que permitían construir hacia arriba hasta la obscenidad y otro sinfín de barbaridades. La culpa la tiene la falta de transparencia que ofrece un sistema dictatorial de corte fascista; se desprende del libro de texto. Se desprende también, implícitamente: esto ya no ocurre.
Después de enterarme de la filosofía subyacente del 22@ y su elaboración, o las chapuzas en obras públicas de las que no escapa nadie (me pregunto si alguien recuerda no ya los agujeros en el AVE, sino el chapapote en los raíles del Trambaix- vaya, otra vez Agenda Setting actuando-) quizás no hayamos evolucionado tanto a pesar de los cambios en las formas.

Más cosas. A raíz de la muerte del abuelo monagués que comentaba hace unos días -y, que horror, los cuatro personajes mentados están ya en el otro barrio, habrá que andarse con pies de plomo- me ha comentado un pajarito que Antena 3 ha calificado alegremente a ese señor como "un gran estadista". Desde luego que dar ese apelativo a un país de 30 mil habitantes cuya existencia está justificada por su condición de paraíso fiscal, un país de casinos y de cansinos, me parece un poco exagerado. Sant Pere de Ribes tiene una población similar, y un casino, y al en su momento alcalde maoísta del PTE nadie le otorgó carácter de gran estadista al oponerse -atención-, a la existencia de la casa de juegos en su término municipal. Al igual que cuantitativamente, un Celestino Corbacho podría ser un estadista con 8 veces más responsabilidad que el fenecido señor Grimaldi.

Escuchando: Rockin' in the free world - Neil Young

1 comentario

maria -

Pero quién tiene más pasta, eeeeehhhhhh?