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I Fought The Law

TV Set (III)

Ahora que José Miguel Monzón retorna a su faceta de showman en ese nuevo canal llamado La Sexta, es justo recordar el que fue, en mi modesta opinión, su mejor producto para la pequeña pantalla y, por contra, el que menos duró. No me refiero a La Azotea de Wyoming -creo recordar que sólo siete programas, para disfrute y deleite del fascio ibérico el día de su desprogramación- ni la nocturna, clandestina y con alevosía primera etapa del famosísimo Caiga Quien Caiga. En absoluto. Me refiero a aquella pequeña maravilla que duró la exquisita cantidad de cinco programas y que salió de las mentes de él mismo y dos perturbados más como son David Trueba y Moncho Alpuente: El Peor Programa de la Semana.

No es difícil encontrar en la mula el programa recopilatorio que para la ocasión se emitió en el Versión Española dedicado a David Trueba y poder disfrutar de un Wyoming en estado de gracia, unos sketchs que deberían ser clásicos del humor desde ya, y un equipo de colaboradores de altísimo nivel que hacían de cada emisión una auténtica delicia. Obtener dicho programa, verlo hoy en día y constatar que la capacidad de agresión y de referencias mordaces siguen ahí, a pesar de los 13 años transcurridos, es algo que reconforta. Como suele ser habitual, ni el mismo Wyoming ni el resto de colaboradores han podido mantener el altísimo nivel y hoy se mantienen a una altura modesta, con ciertos destellos de genialidad. Pero si hay algo de lo que el showman puede orgullecerse es de haber sufridos las presiones extra-televisivas a la hora de ver morir tanto el Peor Programa... como el mismo Caiga Quien caiga en dos ocasiones. Si lo del CQC es harto conocido, lo de EPS es menos recordado: injurias a la Corona, ni más ni menos, abortadas por arte de magia por un ente público que no estaba por moscas cojoneras después de haber depurado desde La Clave hasta La Bola de Cristal de sus escaletas.

El mejor homenaje que podemos hacer es ver otra vez esos programas y rompernos la mandibula a risas al mismo tiempo que olvidamos la triste televisón actual.

1 comentario

mia -

Ayyy, corazón, nos hacemos viejos ya, ¿verdad?