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I Fought The Law

Ha llegado el momento de la destrucción

Es el capitalismo, estúpidos, es el capitalismo. Un diario gratuito al que gusto de atacar cotidianamente destacaba hace poco una carta al director en la cual se exhortaba a políticos y medios a hablar, por fin, de crisis y acabar con eufemismos. Un texto excelente, contestado de manera ejemplar por el responsable máximo del diario: “Cierto es que la desaceleración económica que se acerca…”

En una sociedad en que la tomadura de pelo verbal y el engaño son cotidianos, hemos tenido que esperar a oír la palabra mágica unos cuantos meses. Hay otras que no tardarán en aparecer, en forma de eufemismo-oxymoron, y yo ya tengo una firmen candidata: flexiseguridad. Concepto laboral procedente de esa Europa que aprueba tratados constitucionales a escondidas tras fracasar en las urnas, que pretende hacernos creer, una vez más, que la guerra es la paz y la ignorancia la fuerza. Por lo poco que he podido investigar al respecto, el asunto tampoco tiene mucha enjundia. Simplemente consistiría en rebajar más aún el despido y supuestamente aumentar la protección en las situaciones de desempleo. Segunda parte que no me creo, dado que aparte de las cada vez mayores bonificaciones y amnistías fiscales al gran capital, para estos señores de Bruselas el aumentar el tope de horas de trabajo a la semana hasta las 65 es una victoria del diálogo social. Supongo que un diálogo  tan social como tienen de noticias de la sociedad la prensa rosa. Y supongo que una posibilidad que solo existiría en caso de que uno quiera y lo desee. El problema reside en que a mi me gusta decir las cosas por su nombre, y me gusta decir que el trabajo asalariado es un chantaje, y la propiedad privada un robo, y que bajo el capitalismo y la sociedad de clases, los contratos entre iguales no existen y por eso incluso el Papa a finales del siglo XIX  llegó a estar a favor de los acuerdos colectivos entre patrones y sindicatos.

Pero no nos preocupemos. Nuestro partido gobernante, que se hace llamar socialista, obrero, y domina una organización llamada Unión General de Trabajadores, nos ha consolado. Pese al pequeño detalle de abstenerse en dicha votación de ministros de trabajo en virtud de no se sabe qué extrañas tácticas institucionales, o qué bizarros complejos, o mejor dicho qué presiones de lobbys empresariales de esos que se mueven como pez por la ciudad de las coles a la caza del eurodiputado. Nos consuela diciendo que se va a oponer con rotundidad y para ello se va a poner en contacto con los partidos socialistas europeos en búsqueda de un frente común. Observación que sin duda tendrán en cuenta, por poner un ejemplo, el laborismo británico, defensor con júbilo de la medida, o el señor socialdemócrata alemán que afirma ser titular de la cartera de trabajo en Alemania. Aunque hace tiempo que digo que la Internacional Socialista, pese a su rimbombante nombre, debe ser uno de los organismos más inútiles y absurdos que existen y de inexistente coordinación entre partidos nacionales, una vez acabada su función como cara amable del atlantismo y la guerra fría.

 

A todo esto, digo yo: ¿pero no decían que en el futuro trabajarían las máquinas?

 

2 comentarios

Pennylane -

el triunfo del capitalismo consiste precisamente en haber alienado tanto a la sociedad que oir decir las verdades a alguien nos suena a radicalismo.

el "no es para tanto" ha ganado la batalla a la lucha de clases y el american way of life consiguió convencer a otros escépticos de q todo es posible si te lo curras (y pisoteas al resto).

hay q volver a las cavernas.

te recomiendo el libro de Marx a Platón, retorno a la tradición occidental, de varios autores.

BEXETS!!

canserra -

Bueno, ésto ya sabíamos que pasaría, el muro hacía de contrapeso, el Estado del Bien Estar poco a poco se irá a t.p.c.