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I Fought The Law

I don't give a fuck

I don't give a fuck

Mezclar churras con merinas. Confundir la velocidad con el tocino. Hay muchas formas de decirlo. Sin embargo, el sábado pasado el señor Félix de Azúa equiparó plumas estilográficas con viviendas desocupadas, lo cual no está nada mal como ejercicio poético, pero como metáfora de un problema social tan acuciante me parece un soberano insulto a la inteligencia.

Su relato no tiene desperdicio. Un okupa que le usurpa una pluma, con su vestimenta-cliché, claro. Y un consejero que actúa en contubernio con el primero. Dado que se trata de un ejercicio poético, como antes indicaba, es fácil interpretarlo. El señor Azúa mezcla okupas con consellers Baltasares, el mismo que quiere desenterrar un antiguo proyecto de ley de vivienda que roza la socialdemocracia –solo la roza, hay ejemplos históricos de vivienda de titularidad pública en ayuntamientos laboristas, hace unas décadas, dignos de tener en cuenta-. Pero ese mismo roce ideológico ilumina la luz roja de alerta del señor Azúa, que enarbola de manera talibán el derecho a la propiedad privada, obviando que la Constitución la limita en casos de interés social. La sacrosantísima propiedad privada, el único derecho humano del que se acuerdan los poderosos.

La columna no pasaría de simple broma si no fuera porque el susodicho señor Azúa es uno de los mentores ideológicos de cierta candidatura de reciente entrada en el Parlament de Catalunya. Me explico. Esa lista, entre otras propuestas que considero populistas, puro humo y demagógicas, afirmaba que se debía hablar menos de la nación y la identidad, y tratar los problemas reales de la gente. Y ellos lo decían de forma expeditiva: vamos a hablar de la vivienda. A hablar, como el que charla del partido de ayer en el bar. Lo cual tiene un mérito igual de grande que hablar sobre la guerra en plena intervención extranjera en Irak hace unos años. De todas formas, no los menospreciemos: ¿decían que iban a hablar de la vivienda?. No esperen más: Azúa lo ha hecho ya por su grupo parlamentario.

La guinda: es bastante factible que te obsequien con una estilográfica por tu primera comunión, pero no conozco a nadie que por lo mismo le hayan regalado un piso. Igual es que cuando nací me equivoqué de clase social.

La guinda, parte dos: el consejero que dicha columna lee el diario deportivo es del mismo partido que otro alto cargo que habla de desalojos de buen rollo.

Escuchando: I don't give a fuck - Peaches

2 comentarios

Jose T. -

Que pasa nen...

Muy de acuerdo con tu comentario, yo tb leí esa columna y me quede flipando... de hecho, desde las elecciones que no se habla mucho de ciutadans te has dado cuenta? Ahora que es mismo govern el que pone más horas de castellano en la escuela se han quedado sin discurso, cosa que demuestra que su discurso se ha quedado solo en lo identitario...

Por cierto, en Badalona estamos haciendo la campanya por la vivienda digna, estaria bien que peña de la tropa de las JC se apuntase. Ya me dirás, pasa por mi blog (voy de estreno) y me comentas...

Saludos!

Dani -

Menuda peñita. A cualquiera le dan una pluma.

Escuchando: The Time to Kill is Now - Cannibal Corpse