Hasta siempre
El tiempo pasa, la gente viene y va, y las referencias de un servidor se marchan de este mundo: Juan Antonio, Manolo, Eduardo. Coincidí con los tres en una fiesta del PCE de 2002 y, en un espacio de tiempo mínimo, ya no está ninguno entre nosotros. Uno de ellos era una de las pocas razones por las que valía la pena leer (aunque solo fuera la contraportada) el diario de maese JL Cebrián. Lo de Eduardo hace que, directamente, dejemos de hacer ese gesto característico que era empezar El País por las últimas páginas para ahora, de manera directa, ni abrirlo.
No es ése el asunto que quiero tocar. Sino más bien otro, que es el asco, repugnancia y desprecio que me merecen la caverna, los liberales de hoy que, con una leve variación de valores, antesdeayer eran los de Fuerza Nueva, los de Alianza Popular, y otras hierbas de peinado engominado hacia atrás y camisa azul, aquellos mismos a los que Eduardo sigue provocando urticaria incluso más allá de la vida. Los mismos que jaleaban cuando un comando ultraderechista atentaba contra El Papus, los mismos que eran felices cada vez que una edición de Triunfo era secuestrada por los grises.
Nada más puedo añadir que un texto que hice en abril referente a su persona. Animar a los que esto lean a firmar en su blog.
Hasta siempre, compañero.
A Eduardo le caen los chuzos de punta otra vez, qué novedad, y por parte de los de siempre. Tuvo la osadía de, desde su pequeñísimo púlpito en un diario de tirada nacional, llamar cristofascista a la señora que le eligieron de presidenta regional. Lo matizó desde el inicio como un adjetivo que se usa en algunos medios norteamericanos para calificar a aquellos neoconservadores que se dejan regir por cierto fanatismo religioso y por el autoritarismo en sus actos y declaraciones. Pues a Don Eduardo, a estas alturas de la película, y como si todo un currículum vitae de los que hacen sentirte insignificante no sirviera de nada, desde los medios y voceros liberales le sacan del túnel del tiempo un texto que escribió en 1944 con 20 años, y por obligación, acerca de un tocayo mío que además era primo de un tal Rivera.
Asistiendo una vez más al imperio de la chapuza y la marrullería de algunos, se pasa por alto el importantísimo papel de Eduardo como subdirector de Triunfo durante más de una década. Jugándose el cuello, expuesto a secuestro de publicaciones, difundiendo semana a semana en dos páginas firmadas de su puño y letra un pensamiento político de izquierdas furibundamente antifranquista. Eso no importa para estas épocas de titulares, de declaraciones, de impacto facilón y de crucifica, que algo queda. Algo de lo cual no se escapa ni tan siquiera cierto programa televisivo de Pecadores que intenta analizar la actualidad en supuesta clave humorística. Pero no sigamos más. Eduardo sigue siendo la única trinchera de un diario que dirige una persona que, estando él en sus años Triunfales, ostentaba responsabilidades en los informativos franquistas. Aprovechemos su grieta y disfrutemos de ella.
Escuchando: Punishment - Biohazard
No es ése el asunto que quiero tocar. Sino más bien otro, que es el asco, repugnancia y desprecio que me merecen la caverna, los liberales de hoy que, con una leve variación de valores, antesdeayer eran los de Fuerza Nueva, los de Alianza Popular, y otras hierbas de peinado engominado hacia atrás y camisa azul, aquellos mismos a los que Eduardo sigue provocando urticaria incluso más allá de la vida. Los mismos que jaleaban cuando un comando ultraderechista atentaba contra El Papus, los mismos que eran felices cada vez que una edición de Triunfo era secuestrada por los grises.
Nada más puedo añadir que un texto que hice en abril referente a su persona. Animar a los que esto lean a firmar en su blog.
Hasta siempre, compañero.
A Eduardo le caen los chuzos de punta otra vez, qué novedad, y por parte de los de siempre. Tuvo la osadía de, desde su pequeñísimo púlpito en un diario de tirada nacional, llamar cristofascista a la señora que le eligieron de presidenta regional. Lo matizó desde el inicio como un adjetivo que se usa en algunos medios norteamericanos para calificar a aquellos neoconservadores que se dejan regir por cierto fanatismo religioso y por el autoritarismo en sus actos y declaraciones. Pues a Don Eduardo, a estas alturas de la película, y como si todo un currículum vitae de los que hacen sentirte insignificante no sirviera de nada, desde los medios y voceros liberales le sacan del túnel del tiempo un texto que escribió en 1944 con 20 años, y por obligación, acerca de un tocayo mío que además era primo de un tal Rivera.
Asistiendo una vez más al imperio de la chapuza y la marrullería de algunos, se pasa por alto el importantísimo papel de Eduardo como subdirector de Triunfo durante más de una década. Jugándose el cuello, expuesto a secuestro de publicaciones, difundiendo semana a semana en dos páginas firmadas de su puño y letra un pensamiento político de izquierdas furibundamente antifranquista. Eso no importa para estas épocas de titulares, de declaraciones, de impacto facilón y de crucifica, que algo queda. Algo de lo cual no se escapa ni tan siquiera cierto programa televisivo de Pecadores que intenta analizar la actualidad en supuesta clave humorística. Pero no sigamos más. Eduardo sigue siendo la única trinchera de un diario que dirige una persona que, estando él en sus años Triunfales, ostentaba responsabilidades en los informativos franquistas. Aprovechemos su grieta y disfrutemos de ella.
Escuchando: Punishment - Biohazard
4 comentarios
dANI -
UNA FIGURA ÍNTEGRA SE NOS VA DE UN PERIÓDICO QUE HOY VALE MENOS LA PENA COMPRAR. ESPERO QUE SEAN MUCHOS LOS PERIODISTAS QUE SIGAN SU EJEMPLO Y ESCUELA.
SALUD Y REPÚBLICA!!
Nika -
Un rayo de luz que te dejaba vislumbrar los entresijos de las atrocidades humanas que se cometen constantemente en nuestro país y en otros lugares del mundo, y que con sus palabras veías cada vez más claro que lo necesario para continuar es una REVOLUCIÓN!!!
La estela de luz que deja en su camino nos acompaña y acompañará siempre.
Como bien dices ha perdido el sentido comprar el País.
P.D: vaya panda de enajenados mentales que hay sueltos, estos están alienadísimos de verdad. Panda de fachas no tengo palabras.
visitante -
Kali -
Por cierto, a ver si empezamos a desenmascaras a estos que en España se auto-denominan liberales...