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I Fought The Law

Todo el mundo las ha visto en anuncios de televisión, como localización de largos o cortometrajes, en fotos artísticas, o bien cuando se entra en Barcelona por ferrocarril o autopista desde el norte. En especial su visualización desde la estación de Sant Adrià del Besós a bordo del tren cercanías sigue siendo impactante para aquel que no las haya visto nunca en vivo.Tres inmensas torres, construidas sobre el año 1975, conforman lo que hasta dentro de un año será la central térmica de FECSA-Endesa, cuando la corporación energética privada abandone esas instalaciones que ocupa desde hace varias décadas.

Esas torres han sido odiadas por el ciudadano de pie durante muchos años, por muchas razones. Como el mayor engendro jamás construido en una fachada marítima, como la causante de lluvias de carbonilla que recuerdo de niño sobre las ciudades de nuestra comarca, como aquella de gran actividad obrera y militante que acabó llevándose la vida del trabajador de la construcción comunista Manuel Fernández Márquez bajo los impactos de bala de la policía franquista. Pero con el tiempo acabaron formando parte de nuestro skyline particular, "la señal de que ya estaba en casa cuando volvía de un viaje" como decía una vecina de Badalona, y a falta de catedrales para la clase trabajadora, era la que podría ser nuestra Sagrada Familia particular. Cemento, tres chimeneas, pintadas sindicales, columnas de humo que quieren alcanzar el cielo reservado a los dioses.

No ha sido solo la infamia de plantar durante años hasta cuatro centrales térmicas en la desembocadura del rio Besós lo que han propiciado su próximo cierre y su sustitución por una de ciclo combinado en otras latitudes. ¿Se acuerdan ustedes del Fòrum 2004? ¿Conocen ustedes esos proyectos de apertura de la "ciudad al mar"? En mi modesta opinión inmensas orgías de especulación urbanística avaladas por los gobiernos locales de izquierda y demagógicamente críticadas por los opositores de Derecha -que además de ser los íntimos amigos de constructoras, se solidarizan de manera impecionante con los perjudicados por la violencia urbanística, inmobiliaria, o los nosecuantos cientos de viviendas protegidas sorteadas y tras años no construidas en mi ciudad Badalona-. La fachada marítima de Badalona y Sant Adrià del Besós entera ha caído en las manos de constructoras como Urbis, que en los últimos años han generado un pequeño desierto industrial -miles de puestos de trabajo en talleres y fábricas destruídos, como ya denunciaba la unión local de CCOO hacia 1997- , pisos de ultra-lujo, amarres para los barcos de los pijos a precio de cojón de mono, y un barrio entero -el Gorg- que previo a su muerte se ha convertido en nuestro Bronx particular, con descampados llenos de ruinas, naves que se hunden y realquiladas de forma ilegal, y lo más bajo de lo bajo instalado allí entre los detritos de la sociedad post-industrial.

Ahi en medio están nuestras tres torres. A su lado, una industria centenaria del ramo de las químicas -Procolor-  de la que no me constan pérdidas y, sin embargo, su cierre también es inminente. El solar ha sido vendido por Azko Nobel a Urbis para que haga mas pisos bonitos a 100 millones de pesetas. Y en estas que Endesa se quiere apuntar al carro y considera que el edificio de su central térmica carece de valor arquitectónico y sueñan con venderlo a vete a saber tú quién. Claro. Ningún valor. Dígale usted a los avispados administradores de Endesa qué es la arquitectura brutalista, de la que apenas hay expresiones en España, mientras pasan por sus cabezas una cifra con muchos ceros. Casi tan estúpido como recordarle a los responsables del infame puerto-canal de Badalona que la destrucción que supone este proyecto de la estación de la Renfe y de las casitas murcianas significa agredir a edificios catalogados y con valor histórico y artístico.

Pero las torres de la Fecsa son mucho más visibles que estas expresiones del salvajismo urbanístico, y ya hay una campaña ciudadana por su salvación. Esta vez,  la izquierda gobernante ha tenido un poco más de vista y apoyan el proceso. Si la presión ciudadana surge efecto, y la voracidad de Endesa se consigue frenar en seco, podremos sentirnos orgullosos de haber conservado nuestra catedral, la de los pobres, la de los trabajadores.

5 comentarios

Supra Skytop -

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Aitor Menta -

Yo vivo en san adrian desde que naci y cada dia que salgo de casa veo las tres torres, pero prefiero que las tiren y que hagan un paseo bien guapo y que pueda ir a correr o en bici, y no que este eso ay en ruinas que hay delincuencia rumanos y toda la porqueria esa...

Marc -

Las tres torres es tenan que conserva !!!!!

marta -

Es patrimonio histórico y mientras los adrianses digamos NO!!! lo conservaremos como un referente de nuestro pasado: industrial, inmigrante y obrero!!

Anónimo -

Un monumento al horror inmobiliario, está bien. Es como mantener Auschwitz para que nadie olvide que ocurrió. Afean un poco (muchísimo) el paisaje, pero si las olvidamos, nosotros mismos lo afearemos mucho más.
Mientras tanto, el Sr. Clos construye rascacielos como continuación del proyecto de Cerdà (El mismo urbanista que decía que más de tres pisos de altura iba en contra de la calidad de vida).