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I Fought The Law

Heavys en fallas / Miedo y asco en Valencia (II)

Torres de Serrano, varios furgones policiales llegan con gran celeridad a la zona y se disponen a aislar y retener a un joven en fiesta. Desconozco si es uno de esos campeones del mundo en tirar petardos modelo “borracho” a la masa en fiesta, en todo caso la actuación me parece desorbitada. Un tío a mis espaldas grita “anarquíaaa” y lanza a los agentes antidisturbios un petardo de ese modelo, escena que se convierte en un sketch digno de La Hora Chanante. Sonidos de explosiones, olor a pólvora, gentío en las calles, pudiera parecer la revolución, pero no: horas antes, dos sujetos tambien en fiesta bailan al son de las sirenas de la policía. No es el apocalipsis, ni una tremenda celebración de seguidores valencianistas, son Fallas y las multitudes han tomado las calles. Las consecuencias se notan: calles a rebosar de orín como pocas veces había visto y toneladas de basura y detritos por los suelos. Parece ser que cuando Benedicto XVI visitó la ciudad levantina se llenó todo con urinarios públicos para que los feligreses pudiesen hacer sus necesidades sin tener que ensuciar las añejas calles del Barrio del Carmen.

De fondo, esas inmensas esculturas de madera y papel policromado llamadas fallas como escenario. Ha vuelto a ganar los de siempre: Campanar. Asociados a una constructora que invierte año tras año millones de euros en construir un anuncio en forma de falla con la que publicitarse. La crítica social va desapareciendo a velocidades forzadas de cada falla, pese al malestar de los casales más populares y defensores de la tradición festiva.

No, no hay revolución. Antes de esa intensísima quema de pólvora llamada mascletá, cuatro jóvenes de tremendísimo buen ver y ataviadas con escuetas ropas me han pasado propaganda de un grupo fascista valenciano, cuyo líder es asimismo uno de los jefes de la patronal del proxenetismo. Yo conocía al Cojo, me dice R., iba a mi colegio, y nos caía bien porque llevaba un zapato de hierro. Era un ligón, me siguen explicando, hasta que se hizo de Fuerza Nueva y el resto ya es historia. Guardo la octavilla que, para mi sorpresa, bastantes valencianos que tengo a mi alrededor leen con asentimiento y atención. El caso Etarra para el PP es primordial pues así tapa todos los casos de corrupción que le salen a diario y la falta de presupuesto para el metro con 43 muertos, sanidad, escuelas… Menos propaganda y más presupuesto para lo que le interesa a Valencia y España entera. Lo leo en un trozo de carpeta pintarrajeado que me encuentro en el vestíbulo de la Estació del Nord, mientras espero a mi contacto. Yo también he mirado con recelo y un muy escondido temor la curva de Jesús, donde murieron muchísimas personas de la comarca mientras iban en el metro, en aquel accidente.

El trenet pasaba por aquí, ahora hay un tranvía y esto lo rodeaba todo huertas, a las que el cemento depredador ha tapado con un manto y nuevas construcciones. El ladrillo, haciendo buena la máxima de Marinetti muera el pasado se ha conjurado para destruir los paisajes emocionales en los que crecimos, la memoria industrial y la agraria, el entorno saludable, y la ciudad besándose con el campo. Estoy en la Malvarrosa, son las nueve de la mañana y mi acompañante y yo nos lamentamos por nuestras circunstancias personales, a él le han dejado dos novias en cuatro meses y a mi, en el mismo lapso de tiempo, me han echado de dos trabajos. Discernimos que es peor entre ambos casos, absurdidad dado que ambos formamos parte del mismo club ahora, sin ni una ni otra cosa. La ciudad se despierta, yo me voy a acostar, el suelo esta lleno de orines y desperdicios. Sí algún día Rita Barberà le diera por aplicar una normativa de civismo como la que poseemos en Barcelona, sería desalojada de la corporación local por una revolución social de masas enfurecidas por su derecho a un pedacito de opio del pueblo. Daños colaterales y evitables fruto de una maravillosa explosión humana, colectiva, de celebración de la vida, de la existencia y de la conciencia de poseer la calle, que es nuestra y no de Fraga, como dijo cuando era ministro del Interior franquista.

1 comentario

AunQuedaUno -

Valencia sigue dando asco.... y to por vosotros ,putos pijos "rojos" alternativos...

PD: victor es gay