Blogia
I Fought The Law

Left, Right

Left, Right

Si me quieres escribir ya sabes mi paradero. En la foto, mi puesto de trabajo la semana entera que viene 

1 -Justo cuando casi todo el mundo parece empezar sus vacaciones, yo abandono las mías

2- "Mire, en una de estas cenas en que nos reunimos, y se hablaba, es un tema recurrente si éramos de izquierdas, si dejábamos de serlo. Y un día me harté, y le dije a los demás, ¿Os puedo hacer unas preguntas?. ¿Tú estás a favor de la utilización de las células madre? "Sí" fue la respuesta de los quince. ¿Tú estás a favor de que se casen los maricones? "Sí". ¿Está de acuerdo con que el Estado tenga alguna intervención en la vida económica? "Sí. Estamos de acuerdo la tenga, manteniendo el equilibrio como corresponde a una socialdemocracia liberal". Muy bien. Pero luego vienen los problemas. ¿Usted está a favor de la discriminación positiva? "No". Los quince. Todos en contra de la discriminación positiva. ¿Usted está a favor de la utilización del guerracivilismo como instrumento de confrontación política? y ¿a quién hace responsable de esta actitud? Nos mostramos todos en contra, e identificamos a la izquierda como principal responsable."

Esto lo dice un tío que se define intelectual, y al que ya he fustigado con avaricia en estas páginas. Lo tenía abandonado, pero es que esto me puede. Parte importante de lo que se autodenomina izquierda es cierto que representa algo tan degradado y vacio que sólo aúna un programa de gestión con proclamas de buenas intenciones. Pero, ¿y el resto? Es más. ¿Tal mal estamos en cultura política para reducir la izquierda y la derecha al párrafo mencionado antes?

Que venga Supercoco y le enseñe al personaje citado qué puñetas es la izquierda y la derecha.

P.D. de repipi empollón. Incluso en la utopía neoliberal más acabada, el estado -por mínimo que sea- tiene un programa político y un papel en la economía muy determinado: maximizar el trasvase de rentas del trabajo al capital. Y eso no por medio de la ausencia de leyes, sino por la elaboración de otras más favorables a dicho proyecto. Ala. 

3 comentarios

barri -

La demagogia, lo que los antiguos griegos denominaban sofismo, es la gran característica de los liberales. Clamar por lo evidente, erigirse como único y gran vigía de las libertades, es un papel que a los liberales les encanta adoptar.
En esta postura social adquiere gran importancia lo que Hannah Arendt denominaba "clichés", esos conceptos cerrados a la manera de dogma que permiten sustentar las más variopintas posiciones sin perder un ápice de rectitud moral. Concepto tales como "democracia", "terrorismo", "libertad de expresión" o la que nos concierne "guerracivilismo" son de un uso generalizado entre estos malabaristas del verbo, ignaros de los contenidos.
En el contexto de la cena, el término "guerracivilismo" adquiere unas connotaciones tan generales que es imposible -menos aún con dos copitas encima- hacer un constructo serio y razonado en torno al mismo. Se convierte el debate en carne de mítin, de frase hecha sobre frase hecha hasta la gran y altisonante conclusión final.
Así, en un país donde todo se aprovecha para el debate político -desde el 11-M hasta los apagones, pasando porque a una alumna de ESO le han dado una silla rota, todo en este país tiene un culpable político- aislar gratuitamente los varios debates en torno a la guerra civil, y darles luego un nombre propio como "guerracivilismo" es pura demagogia.
Porque ya me gustaría que los quince asistentes a la cena de marras dijeran qué es para ellos "guerracivilismo", que seguro que no coincide ni uno. Pero claro, como masa reaccionamos diferente que como individuo, y de eso se aprovechan. Sobre la guerra civil hay varios debates abiertos, desde quién puede cobrar indemnizaciones y quién no, hasta qué cadaveres deben ser desenterrados para recibir un funeral normal. Quien crea que la izquierda ha ganado un solo voto de más por esta política es que no tiene ni idea de lo que habla. Obviamente, los herederos de la izquierda tienen más trabajo que hacer que la derecha (pues aquélla fue una guerra de izquierdas contra derechas, y eso no hay relativismo posmoderno que lo toque), puesto que la derecha tuvo cuarenta años para cobrarse las putadas que les hicieron los rojos en aquellos años. Reírse de estos temas desde la distancia de los años y la comodidad económica es una tarea reservada a los miserables.
Y ya puestos a rajar, diré que es contradictorio estar a favor del intervencionismo económico y en contra de la discriminación positiva, pues lo primero no es sino discriminar positivamente a las clases bajas. También decir que defender el uso de células madre sólo distingue a la izquierda en nuestro país, pues en el resto de Europa los únicos que combaten esta práctica son las extremas derechas.
Y por último, y ya puestos a buscar responsabilidades a las cosas, un señor tan defensor del individuo debería plantearse si, como votante de tal o cual partido es responsable parcial de la gestión estatal; o si es abstencionista porque es más bonito criticar que intentar algo, desde una perspectiva a todas luces cobarde y acomodaticia, del que ha vivido como ha querido y encima es tan imbécil que cree que se lo merece.

Jordi -

Te has hecho pastelero y trabajas en una pasteleria en forma de mona de pascua?

garbi -

Creo que en la pregunta de la responsabilidad de la confrontacion por la guerra civil,seria el ejemplo practico de lo que comentas. Responden que la izquierda es la responsable. Es decir que en el 36 se levantaron los fascistas, tuvieron el apoyo directo de sus amigos alemanes e italianos, y el apoyo indirecto de las democracias liberales mundiales por lo menos por omision. Tras su victoria tuvimos 36 años ( que no 40 años que hasta el 39 nuestros abuelos resistieron) de una noche larga y opaca. Y aqui viene el problema , cuando relizas un analisis desde una "parte" pierdes el enfoque real, si hubieran partido desde el "todo", probablemente la respuesta hubiera sido la misma , no se puede esperar mas de los social liberales, pero de los 15 uno por lo menos se hubiera levantado de la mesa con dudas