September
Llega el mes de septiembre y me adentro en la semana más temida por muchos. La vuelta al cole, el retorno al trabajo, el canto de cisne de las vacaciones representada por las fiestas mayores. No para mí.
Una vez más, he acabado un trabajo basura más, reingreso en el mundo de los desempleados con mi primer accidente laboral incluido, y una economía levemente más saneada. Y es que esto no puede seguir así, de faena en faena y cada vez salgo más quemado de cada una de ellas. Vuelven las semanas de tirar ridiculums vital, de venderse en entrevistas absurdas de trabajo oficiadas por selectores de personal con mucho estómago y pocos escrúpulos. Maestros en el arte de decir sutilmente NO. Ríanse de aquellas que nos dieron calabazas a lo largo de nuestra experiencia vital.
Necesito más mano izquierda y casi la he recuperado ya. Una tendinitis en dicha muñeca zurda me llevó de cabeza al mundo de las mutuas, de los médicos, de los tratamientos de rehabilitación y de los chistes por parte de amigos y cercanos. Blandengue, que eres un blandengue. Si de paso añadimos que la sala de fisioterapia esta llena de compañeros sufridores de dolencias bastante peores que la mía y auténtica carne de activistas de Acción Mutante, el sentimiento de culpa cristiano está servido.
Agosto me ha introducido la pereza por la escritura, por la disciplina consciente de actualizar habitualmente, por dejar de leer las noticias y sacar el fusil de francotirador. Y eso que aún funcionamos a pilas y nos prometen, otra vez más, solución a nuestro sempiterno problema respecto al derecho a techo. Menos mal que frente la fantasmada de mi Chaves más odiado –Manuel, no Hugo- apoyada por la happy ministra de vivienda Carme Chacón, el maestro de los muñecos y la macroeconomía Pedro Solbes ha aportado el perfil de la realidad: somos unos liberales y haremos lo de siempre. Siempre nos quedará, contra eso, berrear como niños cantores de Viena . En un mes nos vemos allí.
1 comentario
mia -