Blogia
I Fought The Law

After Christ - Devil Comes

Y al tercer día resucitó. Eso dicen los textos sagrados de la gran familia cristiana, aunque el representante del Señor -siempre me sonó mal la expresión, ¿qué señor?- en su última alocución pública, parecía que fuese a ocurrirle todo lo contrario. Un ícono de los ochenta menos, ese señor vestido de blanco que se hizo famoso en estampar sus labios como un matasellos de correos en el pavimento de los aeropuertos por los que iniciaba sus mil viajes. Su último Urbi et Orbe, por el susurro gutural emanado, recordaría a los más mordaces melómanos a algún experimento sonoro vanguardista pasado por la batidora de los ritmos tribales. El pobre de Karol, tantos años de servicio a la causa de Occidente, ya no podía ni hablar, cosa que agradecería la sufrida opinión pública española tras sus abusivas opiniones sobre la deriva pecaminosa de la política económica de Solbes. Normal, afirmaría la otra parte no-contratante, si al fin y al cabo el presidente Bambi, el nuevo Lenin Español, desea cargarse la Semana Santa. Portadas como la del ABC del Sábado Santo, que según ese criterio cabezabuquil podrían no repetirse, mostraban a Cristo en crucifixión sacado a pasear por un Tercio de la Legión en las calles de Málaga, con el propósito quizás oculto de expiar las cuatro motas de rojo que aún debe conservar la ciudad andaluza, con tanto Picasso y tanta Pepa Flores inscritos en su memoria colectiva.
Karol se va, y Joaquín Luqui lo hizo ya en acto. Ese señor de estrafalario peinado a lo Krusti, propagandista de los Beatles como nadie en nuestro país, nombrador de los nuevos Fab Four fracasadamente unas mil veces, y icono de los 40 principales ladrones, acabó como fenecían los presos en las cárceles del Apartheid: de un golpe en la cabeza fruto de un resbalón. Sólo que en el caso del locutor navarro se trata de un hecho real. Otro nexo simbólico con los ochenta, los setenta y parte de los sesenta que se rompe. Por no existir, ya no existe ni El Gran Musical.
Y el cuento de hadas más bonito del siglo XX también cierra su círculo. El principe Rainiero, ese monarca que podría pasar por el bonachón abuelo de más de uno, descendiente de estirpe de piratas, y viudo de la también personaje de cuento de hadas Grace Kelly, pareció entrar estos días en sus últimas horas de vida. Montecarlo, ciudad de evasión fiscal, concentración de famosos por metro cuadrado más elevada del planeta después de la entrega de los Óscars, circuito de Fórmula Uno de raíles asesinos y anchura de carretera comarcal, y bloques de lujo porciolistas, será -otra vez- pasto de la prensa rosa. Y no por la celebración de algún banquete solidario pro-víctimas del fracaso renal agudo, con cuenta sobredimensionada por el consumo de licores de algún ex de la primogénita. Al contrario. La princesa está triste. Qué le pasará a la princesa.
Aunque para ruptura de vínculos emocionales con el pasado reciente, qué mejor exponente que el óbito de Jiménez del Oso, ese parapsicólogo paranormal que puso de moda los Ovnis antes que de una parejita de actores de dudoso currñiculo artístico mandara a la cumbre de las audiencias el expediente de marras. Aunque siempre nos quedará Sebastià Darbó, el inspirador de la también paranormal Catalunya Misteriosa, ya no podremos saber el porqué de fenómenos bizarros de nuestro planeta, tales como que los sindicatos españoles, en otra ocasión y ya incontable desde los pactos de la Moncloa de 1978, acepten recortar las cotizaciones sociales de las empresas a cambio de acabar con la precariedad galopante de las relaciones laborales patrias. Si se le da un besito a Papá Noel, es probable que este acabe dando un caramelito. La lástima del asunto es que esta frase es parte de un chiste de mal gusto y que el señor Santa Klaus es un impostor inventado por una multinacional del refresco con sede en Atlanta que no soporta la prueba del estirón a sus marxianas barbas. Por lo cual, las promesas se quedarán en nada, la clase obrera un poquito más en pelotas, los negociadores contentos de retroceder un paso en vez de hacerlo dos, y el comité de sabios en materias laborales intuyendo un caldo de cultivo más apetecible a sus sabias recetas, dejando la privatización del aire un poco más cerca aún si cabe.

Escuchando: Back in Black - AC/DC

4 comentarios

dernhelm -

Pues yo me pregunto que tendra que ver el opusiano obispo de Tarragona con la enfermedad del papa. Se rumorea por estos lares que cuando Karol cayó enfermo, nuestro flamante pastor se encontrava en Roma para su "visita ad liminem" y, curiosamente coincidió su visita con el primer soponcio.

lara -

buen blog y buena música ;)

mutsuru tomaya -

Y yo me pregunto si Jiménez del Oso estará en el más allá que titulaba una de las cabeceras más míticas donde escribía...

Brocco -

juer, espero q tanta muerte no sea contagiosa... :-/