We Are The World

20 años después, el simpático Bob Geldof, aquel que con sus Bommtown Rats afirmaba que no le molaban los lunes -como este caluroso de hoy en julio-, se ha dado cuenta de que los niveles de pobreza en África no sólo no han disminuido, sino que se agravan. En vez de preguntarse qué falló en su macro-propuesta caritativa de 1985, ataca con un formato similar y más o menos remozado para que no le acusen de filántropo cristianoide. Y mete la pata estrepitosamente.
No queremos vuestro dinero, os necesitamos a vosotros. Justicia, no caridad. Bob detectó el fallo numero uno, quizás condicionado por el empuje antiglobalizador que ha colocado algunos puntos sobre las íes. Al ver los inmensos escenarios, los 10 conciertos simultáneos, y valorar su gratuitidad, me pregunto... ¿y quién paga todo esto? Veo unos anuncios de Nokia, cosa que me hace recordar que una guerra regional africana está provocada por el control de unas minas que facilitan un componente básico para los modernos celulares connecting-people. Geldof acaba de solucionarlo del todo, y saca a escena de Hyde Park -melómanos... ¿recuerdan las imágenes de The Clash en un macro-concierto de la AntiNazi League en 1978?. Pues el mismo lugar- a uno de mis Satanes favoritos del momento. El inmenso caraculo post-nerd de Bill Gates. ¿Qué hace un multimillonario podrido como tú en un sitio cómo éste? No pienso sacar la lista de agravios de Microsoft, pero es que estos ricos solidarios a lo George Soros me dan muy mala espina. No sé si intepretar ese fenómeno como una ruptura ideológica en el bloque social dominante -cosa que significaría que estamos en el camino correcto de conquistar la hegemonia ideológica- o bien como el filántropo de toda la vida. Mejor. Me recuerda al personaje de Luís XVI en La loca Historia del Mundo, el cual afirmaba amar a los pobres mientras los usaba como materia prima en el juego del tiro al plato.
No desvariemos, que Bill nos tiene que dar una buena noticia. Afirma que Gordon Brown y Tony Blair están trabajando en ello, que tioenen soluciones. Oh, se me eternece el corazón. Después de que se encargaran de darle la vuelta de tuerca final al ultraliberalismo thatcheriano y crear un cuarto mundo británico inaudito desde el final de la 2ª Guerra Mundial, resulta que el responsable de las hordas en la cruzada irakí se le enternece el corazón con las injusticias sociales de los negritos. ¿Qué podemos pensar del cinismo de nuestro cara-simio favorito? Está claro, el G-8 va a hacerse el harakiri después de esto. El capitalismo global tiembla. Lumumba, resucita y pelatelos a todos, por favor.
Escuchando: Hey, hey, My, My - Neil Young
0 comentarios