God save the queen

Carlota de Mónaco con su noviete, eso sale en portada. El tipo es un pijo de la ostia que lleva inpunemente una camiseta de Sex Pistols con su consorte cogidita de la mano. God Save The Queen en la cami, y la imagen de Isabel II de Inglaterra con un imperdible punk en la nariz. No sé si es un sarcasmo, ignorancia, o bien que el sistema lo absorve todo. Pero desde luego la Queen de ese poblado de antiguos piratas llamado Mónaco, y a la postre abuela de la Carlota de las narices, creo recordar que salió de Hollywood para acabar sus días estampada en su Rover 3500 en una cuneta. Lo que hace un apellido. Llamarse Grimaldi, o Borbón, o dos-Sicilias, o otros, te exime de por vida de tener que, por ejemplo, tener que consumir cafés dobles por vía parenteral a las 4 de la mañana para poder ir al trabajo. Pues no, al final Dios no salvó a la Reina, seguro que por un asunto de falta de Gracia.
No sé que tiene ese pánfilo del Diez Minutos que me supere. Yo llevo camisetas de Black Falg, de Iggy Pop, y me rodeo de señoras más resultonas que la Carlota esa. El Apellido, es el apellido, que conlleva pasta, tío. Y es que tuvieron que ponerte nombre de fascista, primer apellido de famosa florero inútil, y segundo de alguien que me provoca chistes, si se conocen mis ideas políticas. Mala suerte, no podrás ir al yate ni conducir ninguno de los Ferraris Maranello que ahora mismo ves delante tuyo, en el remolque de un camión.
La gente enferma, los pollos radiactivos provocan el caos. La gente tiene tan poco libre que no puede ni ponerse a cocinar. Hay que optar por un pollo radiactivo. Algo que nunca le pasaría a otro monarca caído, ese al que le han dedicado luto nacional, que aplica la ley islámica en su país, y que fomenta el islamismo más cafre, violento, y medieval que encarna ese amigo del Señor Arbusto; el de las galletitas. Me niego a hacer luto nacional y me pongo una camiseta, punk también, bien rojita.
Finaliza la mañana Como si fuese un furgón blindado de Prosegur, cruzo la concurrida Avenida Diagonal con un par de miles de euros en mi bolsillo. No hace falta advertir que no son míos. Manejar tantos billetes a lo largo del día para luego quedarse con las migajas es una broma de muy mal gusto.
Escuchando: God save The Queen - Sex Pistols
2 comentarios
Gagarin -
Colibrí Lillith -
En fin, te comprendo, compañero :_)