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I Fought The Law

Fight the power (II)

Fight the power (II) ¡Ya lo tengo! Mi puesto de trabajo, descrito de forma amplia en entregas anteriores de este opúsculo, se encuentra en el ombligo del mundo. Me rodean los poderes públicos allá por donde mire. Delante mío esta La Caixa, dos torres inmensas de vidrio negro que manejan el destino de miles de personas con sus movimientos diarios de dinero. Miniterio de Economía y Gobierno Catalán, ¡adjudicado! Al lado se encuentra el Corte Inglés, que debe representar algo así como una consejería de abastecimientos y aprovisionamientos. Un poco más al fondo se encuentra el Ministerio de la Vivienda; se distingue por ser un rascacielos en cuya cabeza descansa un letrero luminoso con la leyenda HILTON. Un poco más cerca, y a mi lado de la avenida, hay dos edificios con funciones nada desdeñables: la del Ministerio de Cultura y la del de Sanidad. Son los inmuebles de Editorial Planeta y el Hospital de Barcelona, privado por supuesto.Atravesando la autopista urbana que es la Gran Vía de Carlos III, llegamos al Ministerio de Defensa, llamado en sus tiempos de la Guerra. Estos no se esconden -aunque parezca lo contrario- y se corresponde con las instalaciones de una residencia militar, fundada por uno de los generales que se unió al golpe militar de Franco en 1936 contra la República.
Se me olvidaba: tengo cerca también a la diplomacia extranjera. Se llama Fibanc, es un palacete que pasó de ser consejería de educación -real, no en figuraciones mías- a ser la sede de la banca del señor Silvio Berlusconi.
Y se preguntarán: ¿Y el Ministro de Trabajo? Fácil averiguarlo. Se trata de mi jefe, ese señor que viene cada cierto tiempo a contar dinero, y que decidió eliminar cualquier tipo de relación laboral al menos con mi persona. Casi ya dos meses sin cotizar e la Seguridad Social por los ingenios del señor Ministro. Total, para qué, cuando cumpla 65 años ya no existirán pensiones, y a los no rentables ancianos los convertirán en jabón o otra mercancia comercializable.

Leyendo: Cosmópolis - Don DeLillo

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