The filth and the fury
Desde luego hay cosas incomprensibles, actitudes bizarras y tradiciones que no tienen ningún sentido. Ya me dirán ustedes qué clase de placer puede ofrecer el colarse –incluso con la entrada ya comprada- en la fiesta anual del PCE, entrar bebida y no consumir nada en el recinto, vender en puestos improvisados al igual que otros micronegocios sin permiso desde sacacorchos hasta calimocho de tercera, pedir por la cara en las barras bebida gratis y, no contentos con todo este elenco de acciones ya de por si chungas, practicar la diversión nihilista. Me refiero a los ya bochornosos actos que ocurren por las noches consistentes en incendios de containers, bronca gratuita porque sí, saqueos de tiendas de campaña, y demás fechorías. Y es que parece que la fiesta del PCE se ha convertido en ese sitio en el cual se puede hacer el macarra porque sí. En ningún otro evento jamás se verá semejante descontrol y semejante furia. Lo mejor de todo es que entre las presiones del Ayuntamiento de Madrid –pepero, recuerden, el por lo visto mediático y tolerable Gallardón- para echar este acto fuera de la Casa de Campo, las obras infinitas en las comunicaciones viales que dificultan el acceso al recinto, la actitud del lumpen y gentuza varia con todo lo que explicado antes, y el cachondeito con el logotipo del Corte Inglés, sin preocuparse antes de preguntar o pedir explicaciones, yo ya obtengo un resultado de todo esto: entre todos matarán la fiesta y ella sola se morirá. Los fachas –se llamen liberales, conservadores, centroreformistas, nacionalpopulistas o democristianos- se alegrarán, el lumpen descubrirá que ya no le queda un sitio donde hacer el huno, los del Pesoe celebrarán que ese polo de atracción de gentes de la izquierda desaparezca y les deje ya de forma definitiva la hegemonía en el espacio; y muchos, muchos lo lamentaremos. Aunque por desgracia la asistencia de público ha ido menguando estos dos últimos años por culpa de esa curiosa acción conjunta –una pinza en el sentido real del término- entre ayuntamiento pepero y –no los voy a llamar ni punks, ni anarquistas, porque esos dos respetables calificativos no merecen ser ensuciados por semejante gentuza- la turba que la lía cada año.
8 comentarios
Vladimiro -
Barroso -
Esa asquerosa gente simplemente son gentes de clases medias que estan en su epoca contestataria de juventud, on de lo ms consumista en ropa, musica y todo tipo de fetiches y lo peor de todo es que su unica ideologia pasa por su ridicula estetica.
EL LUMPEN A LA HOGUERA!!!!
treveris -
Pancho -
Organizacion, disciplina, diversion, camaraderia y seguridad propia (pero en plan serio, eh, de los que sueltan mamporros si hace falta). Familias enteras en la fiesta y pelusos, hippies y demas lumpen fuera como la costra que son.
Aun asi, que se siga celebrando la fiesta año tras año con la situacion que vive el Partido es casi un milagro (me la suda lo del Corte Ingles por cierto) pero no nos vendria nada mal aprender un poquito de Portugal.
Amigo Gagarin -
mia -
Nunca he ido a la fiesta del PCE, pero supongo que poner algo de seguridad para frenar ciertos comportamientos no estaría mal, a la vez que comprender todos, de la misma forma que lo hicimos con el Barça, que esta minoría tan ruidosa no refleja la forma de ser de la mayoría aunque a veces la eclipse. Y entiendo que dé rabia, que conste.
yo -
jam -
Bueno, salud y hasta la próxima fiesta!