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I Fought The Law

De acuerdo, hace un par de escritos que mencioné unas cuantas teorías, o al menos expresé unas cuantas de mis dudas acerca de un acontecimiento que sirve de pretexto a la actual ofensiva ideológica, política y militar de los nuevos Ricardos Corazones de León. De acuerdo, lo más normal ante lo que es la obviedad consiste en no dudar, en no convertirse en un paranoico, y ante todo en no convertirse –y es que este palabroto me encanta- en un "conspirativo". Recuerdo perfectamente como en la facultad de periodismo se te calificaba, a la mínima que cuestionabas una interpretación, de esa forma. Curiosa forma de tratar a aquel que por oficio, se supone que debe buscar la verdad y expresarla.

Vi antes de ayer un film basado en hechos reales –el Juego del Halcón- no muy recordado, que me hizo sentirme, al menos, vigilado, y también me provocó de nuevo el hacer saltar por los aires esa sensación de que las cosas son como son y las causas-efecto de la actualidad tienen una complicación equiparable al mecanismo de un plátano. Al grano. El protagonista de esa película, ni más ni menos que un joven Timothy Hutton, observa en la muy restringida sala de comunicaciones de su empresa de satélites una serie de cables de los servicios secretos norteamericanos referidos a operaciones encubiertas, de las cuales solo se revela una acerca de la infiltración de ¡los sindicatos australianos! El meollo es más complicado, dado que ahí detrás se perfilaba una operación mucho más profunda, pero que me deja más perplejo aún: la CIA andaba en 1975 tras la deposición, y de hecho lo hizo, de ¡un inocentísimo primer ministro laborista australiano! Así que si estos tíos entonces metían sus narices en la terroríficamente subversiva Australia, imagínense que hacen en estos días actuales de war on terrorism

Observo el día a día, los titulares engordadísimos y basados en sensacionalismo puro. Observo la mentalidad de los alentadores de las nuevas cruzadas, que como áquellas no son más que una justificación religiosa por razones geopolíticas y económicas un juego calculado de acción y reacción, la estrategia de la tensión clásica. Es decir: organizaciones o grupos extremistas que provocan grandes masacres en combinación o como respuesta a otros actos. No sé si recordarán como la Triple A o Guerrilleros de Cristo Rey actuaban en sincronización casi perfecta con el GRAPO a finales de los 70 en España, o bien el caso más desconocido del CESED tardofranquista dando cobijo a grupos de ultraderecha nacionalsocialista, incluyendo algunos de tipo armado. Para obtener ese efecto desestabilizador que justifique un golpe involucionista hace falta coordinación, complicidad, o bien manipulación directa por servicios secretos o bien por estructuras militares internacionales, léase la OTAN.

Todo esto que comento, si lo lanzabas tranquilamente al aire en los años 70, recibías el mismo calificativo que antes comentaba. Pues bien, en aquellos años la Organización del Tratado del Atlántico Norte –y de forma oficial hasta 1991, pero claro después ya no sabemos- mantenía una red en la Europa Occidental llamada Gladio consistente en tropas, grupos de militares y/o organizaciones terroristas que actuaban –muchas veces con desconocimiento de sus propios gobernantes- sobre el territorio con preparatorios golpistas, acciones sangrientas, desestabilización, violencia callejera contra activistas de la izquierda o del sindicalismo, entre otras muchas actividades. Si bien recuerdan, en 1980 “alguien” voló por los aires la estación de tren de Bolonia, por poner un ejemplo. Si tienen memoria, sabrán que la trama tanto del gole de estado fallido del 23-F como de los asesinatos de abogados laboralistas en Atocha no están totalmente investigadas y muestran flecos de sospecha más profunda. Cuando sabía que su muerte era segura, en otro episodio nada claro, Aldo Moro dejó escrito en su Memorial gran parte de la corrupción del estado italiano y la existencia de estas redes. Giulio Andreotti lo admitió en última instancia, ya totalmente destronado del poder y metido en serios líos con la justicia italiana. Hay otros episodios: golpismo en Grecia, en Turquía, la acción de la OAS en Francia...

Con semejante instrumento en sus manos y de una utilidad tan perversa… ¿cómo iban a desmantelarlo con tanta alegría? Es por eso que a riesgo de ser insultado, y sin de momento poder demostrar nada dado que una minoría posee verdadero acceso la la Información y yo solo puedo especular con la poca que recibo, quiero plantear mis más profundas dudas acerca Al-Qaeda, su autoría en esos atentados que reivindica, su supuesta forma organizativa más propia de la Autonomía Operaia italiana que no de un grupo armado, su inexistencia de propuesta política más allá de sembrar el mal rollo por el mal rollo, y su capacidad de aparecer en titulares y emitir comunicados cuando –actuando según la lógica de la ya trilladísima estrategia de la tensión- toca. Y lo lanzo así porque primero se elaboran las hipótesis y luego se verifican. En el 11-S me apunto a lo que dijo de manera muy tranquila el mismo día en un plató de televisión en un debate un analista de internacional que ahora no recuerdo su nombre: “esto es obra de servicios secretos”. Ante la pregunta de cuales, no pudo asegurar ninguno. Pero en aquel momento me pareció, y me sigue pareciendo, lo más cabal de todo, más allá de los tíos con abrelatas que actúan por propia cuenta o de los locos de tus amigos los palestinos, como me dijo un sujeto que hoy debe tener serios problemas de persecución paranoide cuando un pakistaní le sirve un Kebab. Por lo que respecta a nuestro 11-M, existen ya colectivos que comienzan a poner en cuestión la versión oficial moldeada por los aparatos de propaganda de los dos grandes partidos españoles. Son sólo conjeturas , pero no por ello no se deben tener en cuenta.

Sin ir más lejos, voy a poner el ejemplo de dos colectivos armados, muy cercanos al Islam sunní wahabita, que actúan o actuaron objetivamente en tiempos muy recientes al servicio de lo que llaman Occidente: los chechenos y las santificadas y glorificadas buenísimas milicias de Alija Izetbegovic en la guerra de Bosnia-Herzegovina.

Escuchando: This is not America - David Bowie

Leyendo: Orientalismos - Edward Said / La cultura del Mal - Moncho Tamames

4 comentarios

Don toni -

Said excelente. Es la mejor manera de comprender no sólo Oriente Medio, Persia, y la India; sino sobre todo las visiones occidentales, construidas artificialmente, para justificar la "tutela", o más digamos, la dominación imperialista sobre ellos.
Es un libro farragoso, pero documentadisimo e imprescindible en estos días. Como dije el otro día a un colega, unos intentamos documentarnos con, p ex, said, y otros ponen tiras de Cox and Forkum o leen el LIbertad Digital, cuyas argumentaciones humorísticas tienen una complicación y unos matizes intelectuales equiparables a un capitulo de los G.I.JOE.

dern -

Que tal con Saïd?
Se hace evidente hasta que pnto tiene el planeta el coco comido, no?

mia -

Si es que siempre has sido igual de conspirativo... :)

Kanaima -

La historia de Gladio tiene cojones... Hace unos meses en la revista La Aventura de la Historia hablaban sobre la guerra asimetrica y su utilización por la OTAN y daba miedo.