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I Fought The Law

Read between the lies

Read between the lies

Una gran parte de la población húngara se rebela estos días en las calles contra su primer ministro, incluso por medio de actos violentos, incendio de vehículos de la policía, y la toma de la televisión, al revelarse una conversación en la que afirmaba haber mentido a los electores para ganar las elecciones. De la composición de los núcleos dirigentes de estas masas, mejor no hablemos, al igual que del supuesto socialismo del Primer Ministro Ferenc Gyurcsany y del, por el contrario, muy evidente liberalismo de sus aliados.

Para citar una impostura similar en nuestras latitudes, mencionaré a Julio Anguita, el último líder digno –en mi opinión- de la izquierda española. El ex dirigente comunista gusta afirmar de manera reiterada que Miquel Roca, el conocido abogado y ex líder de CiU, dijo en una ocasión, con muchísima sinceridad y algo de desfachatez, que todos los artículos de carácter social y progresista de la Constitución Española de 1978 -de la que él fue uno de los padres- fueron puestos para decorar, obtener el silencio de la izquierda y conquistar una paz social duradera. Pero que no son más que eso, decorativos.

Dado que Miquel Roca no ha recurrido a la justicia ni ha desmentido esas palabras, debo interpretar que son ciertas. Por lo que llevamos más de 25 años de estafa y encima reconocida por uno de los padres de dicha carta magna que aún nos rige sin apenas modificaciones. Mientras tanto, usted, españolito medio, siga viendo la nueva serie de Ana Obregón y obtenga sus opiniones a través de tertulias radiofónicas. No se altere por favor.

Escuchando: Mustang Sally - Wilson Pickett

 

1 comentario

Filodòxia -

Pel que recordo, Miquel Roca va anar més enllà i va dir que els articles socials els havia inspirat Licinio de la Fuente, diputat d'AP i últim ministre de treball de Franco i que, en conseqüència, els que gosaven invocar-los s'havien de preguntar i preocupar de per què coincidien amb la doctrina social del falangisme. El cinisme de Miquel Roca sembla no tenir límits.