KKK bitch
Hace mucho que no sabía nada de estas dos jovencitas. ¡Parece que por fin han entrado en la pubertad! Ya escribí sobre ellas hace tiempo, pero las agujas del reloj no pasan en vano y todos envejecemos, supongo. Las siamesas amantes de la supremacia racial blanca han entrado en el instituto, abandonado la infancia y, si no son unas marcianas en eso, incluso harán lo que todas las adolescentes de la época. Ya no parecen salidas de un capítulo de La casa de la Pradera, ni versionean a Skrewdriver con la dulzura de los ángeles. Ahora hacen un pop rock más convencional, y incluso algún día de estos acaben enseñando de manera muy atrevida el ombligo o se pongan algún piercing.
Sin embargo, la limpieza racial químicamente pura debe haber fallado en ellas, o eso al menos creo. Sin ir más lejos, una de ellas dos, por ejemplo, exhibe unos preciosos aparatos de dientes . Horror. Hasta los limpios de sangre tienen esas malformaciones. Y acné, y olor de pies, y otras cosas desagradables seguro que también. Incluso intuyo en la otra componente esa cara de limón agriado que genera a algunos la efervescencia hormonal. Como sigamos con esta degeneración, preveo para ellas un maravilloso futuro en las discotecas para anglosajones en la calle Mallorca de Benidorm.
Será por ese azar que su madre y ellas han huído de su localidad, Bakersfield. No era un lugar suficientemente blanco, afirmaban. No son racistas. No no. Lo único que quieren es una patria para los blancos. Vamos, como Marcus Garvey con su rollito de volver a Africa y emigrar a Liberia, o otros que ahora se lo pasan de lo lindo en Oriente Medio.
Disculpen ustedes. En honor a estas dos jovencitas, voy a ponerme a un volumen extremo algo de este señor tan majo llamado Curtis.
Escuchando: Superfly - Curtis Mayfield
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Salazar -
Daniel -
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