Unionize!
Está lloviendo de manera insistente. A esta hora deberían estar afluyendo centenares de personas al punto de inicio de la manifestación del primero de mayo. Pero no es así.
Bajo una de las puertas de El Corte Inglés, insignia del esquirolismo por presión patronal en las huelgas generales, se recogen algunos miembros del PSC, identificables por los globitos pre-electorales que llevan.
-Estos no se acuerdan de las huelgas generales que les hicimos –digo a un amigo.
Una importante personalidad del Partit Socialista llega para juntarse con los suyos, y declama una provocadora broma de llegada que llega hasta nuestros oídos.
-Esta es la concentración del Partido Demócrata, ¿no?
Parecen no haber captado la broma a tenor de sus rostros. O igual si la han captado demasiado. Unos días antes, Piero Fassino, secretario de la socialdemocracia italiana, anunciaba la defunción de los restos del ex PCI en una nueva organización a lo Demócrata norteamericano, en un nuevo intento de a ver si, por una vez, ganamos las puñeteras elecciones. La hoz y el martillo mutó a la rosa y la margarita, en una transformación que me evoca una conversión de sujeto político desde las fuerzas del trabajo hacia las del hippismo militante.
Sigue habiendo muy poca gente “-¿Dónde está el Partido?”, me pregunta un compañero. “-¿Dónde está la clase obrera?” le respondo yo, con otra pregunta, como los maleducados.
Finalmente, la clase obrera aparece, demostrando que parte del sector más consciente de ella somos los que no le tememos a la lluvia, aseveración harto triste en estos días que corren. Cinco tíos del partido de los Cómicos aguantan una lánguida pancarta, en representación de sus tres diputados y sus doce mil (afirman) afiliados. Uau. Por la diversidad y por la libertad. Un eslógan que desde luego preocupa profundamente a los trabajadores y representa sus problemas más inmediatos. Por si tenían algún problema de urticaria ante tanta bandera catalana, la solución ante dicha llega vía del maoísmo militante de UCE, que disputándose los puestos último y penúltimo de la marcha con los de la letra C finalizan por confraternizar, incluso muy amigablemente, hecho que me hace intuir incluso la creación futura de una corriente marxista-leninista en el partido de los del bocadillo naranja. Lamentable final, tanto físico como de desplazamiento, con la emisión por los altavoces –cortocircuitados y dañados por la lluvia- de La Internacional versión UGT-PSC. Otro primero de mayo aburridísimo que encontrará, por el contrario, un soplo de aire fresco en la manifestación de la tarde, que por primera vez ha pasado de ser una rave party a algo con mayor entidad reivindicativa.
2 comentarios
Colibrí Lillith -
De todas formas, entiendo el desencanto que se siente cuando el día que hay huelga general, que incumbe a la inmensa mayoría de la población, la gente sólo pasa, como si estuviesen bien con su trabajo, sus derechos y su sueldo.
garbi -