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I Fought The Law

Finalmanente, me decidí a ver el controvertido film acerca de Salvador Puig Antich que hace poco fue estrenado en las salas comerciales. Mis reticencias eran altas: el revuelo ocasionado por páginas web y foros acerca de la desnaturalización del personaje histórico, del grupo armado en el que participaba y de su lucha me creaban dudas más que plausibles acerca del producto cinematográfico.

He de admitir que me lo creí. Que dada la simplificación inherente al producto audiovisual de consumo tendríamos un Puig Antich maquillado como un demócrata, buena gente, desorientado por las circunstancias históricas. Así como un MIL desvirtuado y vaciado de contenido.Y por algo tan sencillo como que no sería la primera vez, piensen, piensen en biopics cutres que no hacen justicia histórica al personaje homenajeado.

Pues bien, tras hacer un análisis tranquilo y contrastando fuentes y conocimientos propios y ajenos, creo que el film supera el notable. Lo siento por los críticos. Creo que el film da incluso muy buena imagen de lo que era el MIL. Por ejemplo, en ningún momento hace juicios de valor acerca de sus acciones armadas, más bien incluso se les da sentido –la frase “mira Allende, que va por lo pacifico y lo han matado”-. Los postulados ideológicos autonomistas y consejistas quedan claros, así como su diferenciación del resto de opositores –la escena de la caída de la Assemblea de Catalunya es más que evidente-. Puig es reflejado por su vertiente humana también, pero en ningún momento ni reniega ni cuestiona lo que hace, así que no veo el problema de su personaje: desconozco si es que los críticos deseaban un actor más malcarado, que no se mostrasen los vínculos afectivos con su familia o su novia, o que gritase un vivan los consejos obreros antes de ser sometido al garrote vil. Por no comentar el hecho de que, en efecto, salvo algunas personas que se movieron ante su inminente ejecución, si que se muestra que faltó una respuesta mñas global ante otro muerto más del franquismo. Solo veo como cuestionable el papel del carcelero que acaba congeniando con el preso, dado que si bien podría ser verosímil ante cierta descomposición de los aparatos represivos del régimen, históricamente el hecho  parece que no está del todo contrastado.

El film funciona. No profundiza: es cierto. Pero es una película para exhibición comercial nada más y como tal su lenguaje no da para más . Estoy convencido que precisamente aquellos críticos no ven que, al igual que Sacco y Vanzetti, funciona mejor para la causa que ellos defienden que no el silencio o la ignorancia, y seguro que el film acerca de los dos anarquistas italianos es, al igual que Salvador, mistificador, creador de iconos, y seguro que simplista. Pero a día de hoy aún se me hiela la sangra al escuchar como Vanzetti, encarnado por Gian Maria Volonté, explica al final del film que es para él la violencia, sino aquella que recibimos cada día desde las estructuras de poder. Estos críticos no se aperciben de que es más que posible que más de uno se sienta atraído por el MIL y sus ideario a partir de este film, al igual que seguro lo hizo el film sobre los dos anarquistas ajusticiados sin pruebas en los Estados Unidos de los felices años veinte. Para descontextualizaciones, zámpense Soñadores de Bertolucci y indignense hasta el insulto.

Siento decirlo, pero la repercusión entre las masas del MIL fue más que limitada, y si hoy cierto número de gente conoce de su  existencia es por el hecho de que Puig fuese usado como cabeza de turco por el fascismo ante el asesinato de Carrero Blanco por ETA. Por otro lado, no hay films ni sobre la clandestinidad, ni sobre personajes relevantes de otras organizaciones políticas del momento. ¿Operación Ogro? Vale. Pero era italiana y tiene ya veintisiete años. Aunque a las malas siempre podremos zamparse esas pelis que financia El Mundo en las que Pedro Jota Ramirez aparece como un héroe de la ético y la imparcialidad.


Escuchando: When the punks go marchin in - Abrassive Wheels

2 comentarios

Medhi Ben Barka -

Me sobra la música de Lluís Llach, bluf de cantante dónde los haya. El carcelero que se hace amigo de Puig Antich existió, o al menos así nos lo vendió El Periódico, que lo entrevistó tras el estreno del filme. No recuerdo su nombre. Pero sí recuerdo que dijo haber militado en IU en los 80 y que se fue depuesto ipso facto de sus funciones en la cárcel, tras protestar la ejecució de Antich.

Salud!

marianosuperstar -

Pues si, suscribo todo lo que dices. La película tiene calidad técnica, artística y es repetuosa con el persona y los hechos reales. En lo del carcelero no me atrevo a opinar, ya que desconozco si es verdad que pasó algo similar o sólo es un mero recurso narrativo.

Sabía que a una persona razonable como usted le gustaría.

Salud y República