Lively Arts / A quién le importa
Tras un par de meses de absoluta paz telefónica, la empresa de servicios culturales Exprimer man –nombre ficticio, ¿hace falta reseñarlo?- requiere saber de la experiencia de un servidor por si necesita mi habilidad, fuerza de trabajo, ingenio y sacrificio. Cualidades a las que sumaría la curiosidad, que me lleva a hallar en la red que Exprimer Man tiene varias denuncias por cesión ilegal de mano de obra y fama de ser bastante explotadora y mala pagadora, por consiguiente. Datos que me son confirmados por el convenio interno, de retribuciones ridículas y exiguos derechos.
Y eso que ese necio llamado Jordi Hereu afirmaba en campaña electoral que su corporación municipal nunca contraría servicios a empresas que pagaran menos de 1000 euros mensuales. Pero es que ni con la trampa de desconocer si brutos o netos. La categoria laboral inferior de Exprimer Man ofrece unos 900. La normalización de la injusticia vía espectáculo, vía hacer normal la tomadura de pelo y excepcional los actos de honestidad y justicia, hace que seamos cuatro milicianos del ejército de Pancho villa los que aún nos indignemos ante semejante bochorno y pidamos hacer algo.
Sin embargo, llevar varios meses de desempleo y la prestación de paro languideciendo te crea un efecto disciplinador del copón y, aunque ayer me zampase esa obra maestra del cine que es Germinal y el cuerpo me pide un poco de terror rojo, tomaré el asunto como si fuera maná. No el nefasto grupo mexicano, sino el alimento divino del libro del Éxodo.
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Se empeñan en publicitarnos los resultados de la Copa América de vela en cada telediario, y en retransmitirnos amplios fragmentos de algunas de sus etapas. El hecho se me antoja tan ajeno a mi mundo, que jugando con la mente se me ocurre algo totalmente adverso pero de mismo efecto: campeonatos de canicas o de futbolín emitidos en exclusiva para deleite de los ricos. Pero a pesar de mis elucubraciones imaginativas, las regatas permanecen navegando en pantalla, bajo el marco paisajístico de Neo-Valencia como fondo.
-Oye, tú con quien vas, ¿con Nueza Zelanda o con Suiza?
No me imagino a nadie planteando esa cuestión a ningún compañero televisivo de sofá.
Escuchando: Your love alone is not enough - Manic Street Preachers
3 comentarios
remoreig -
barri -
sin embargo, frente a la honestidad de este evento, que es clarísimo que se emite únicamente para dejar claro el tamaño de los testículos de la "grandeur" española, me parece mucho más terrible para mi propia cosmovisión lo que contaba Josep M. Orta en La Vanguardia sobre el libro de estilo de la Champions League, que prohibe repetir imágenes cuando ha habido alguna acción ilegal. Lo mismo sucede en la tan cacareada F-1, donde hace poco TV3 estuvo a punto de perder los derechos por no mostrar el tiempo establecido las imágenes de la cabeza de carrera, cuyos patrocinadores pagan para que se les vean.
Vamos, que está todo podrido, y quien se quiera engañar lo tiene muy fácil.
garbi -