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I Fought The Law

John Lennon, hermano John

John Lennon, hermano John

  En la foto, John Lennon exhibe un ejemplar del periódico marxista The Red Mole

Entre uno de los films mas esperados del festival In-Edit se encontraba el documental The U.S. Against John Lennon, de los directores David Leaf y John Scheinfeld. La soberbia cola, agudizada por la cancelación de la segunda proyección del film, así lo atestiguaba, y no es para menos: estamos hablando de su estreno en tierras españolas, cerca de medio año después de su edición en Estados Unidos.

The U.S. Against John Lennon nos muestra, a través de material inédito y testimonios históricos de lujo, como el artista evoluciona desde sus polémicas declaraciones en The Beatles acerca de Jesucristo y la fama de los Fab Four, hasta como abraza un compromiso político cada vez más radicalizado, y específicamente en su abierta oposición a la intervención norteamericana en Vietnam. Esto le costará más de un dolor de cabeza a causa de una encarnizada vigilancia por el FBI y el intento de deportación y negación de su ciudadanía estadounidense, que tras un largo proceso se saldará con éxito por parte del cantante y compositor. Se trata, por tanto, de un film que pretende no recoger anteriores proyectos más centrados en la carrera musical o la vida personal de Lennon. A estas premisas más que prometedoras, le sigue un desarrollo correcto que finaliza en, al menos para el que esto escribe, decepción. Y explicaré el porqué.

 

La sensación que extraje tras el visionado es de que los realizadores han escamoteado u omitido detalles que podrían explicar de manera más eficaz la persecución política a la que Lennon es sometido durante sus primeros cuatro años de residencia en Estados Unidos. De esta manera, la idea que subyace en el film es que Lennon se inició, a través de sus Camas de la Paz en Ámsterdam y Montreal, en un pacifismo químicamente puro, muy influído de cierta influencia de religiones y cultos orientales, en los que por no hacer, no les desea ni siquiera ningún mal a los responsables de la situación del planeta. Posteriormente, sus nuevas amistades recién llegado a Nueva York le harían renegar de esta etapa –“el flower power fracasó, hagamos otra cosa”- para involucrarse abiertamente de una manera más abierta contra la administración Nixon y todo lo que representaba. Explica poco el film qué defendían estos amigos de Lennon en Nueva York. No se nos mencionan las ideas de John Sinclair –al que ayudará a liberar de la prisión con una participación en el apoteósico festival celebrado por su causa en Ann Arbor-. Tampoco cuando Bobby Seale habla con Lennon en un programa de TV acerca de las ideas de los Black Panthers, se menciona nada más allá de la posición al nacionalismo, mientras una voz en off oculta la parte relacionada con el final de la sociedad de clases y de las grandes corporaciones. O bien se define a los Yippies de Abbie Hoffman y Jerry Rubin como simples activistas radicales, cuando en su época eran conocidos como “grouchomarxistas” por su mezcla de socialismo revolucionario y situacionismo.

Y ni siquiera esto sería así. El mismo Tariq Ali, periodista de la izquierda radical que aporta ciertos testimonios en el film, entrevistó a Lennon para The Red Mole, la revista de un pequeño grupo marxista británico, poco antes de su marcha a Estados Unidos en 1971. En ella, el cantante ya afirma leer prensa comunista, interesarse por la marcha de estados como China y Yugoslavia, sentirse muy disgustado por la presencia militar inglesa en el Ulster e identificarse como hijo de la clase obrera y sus reivindicaciones. De esta manera, no fueron ciertos “nuevos amigos” los que podrían haber enredado o influenciado a Lennon como se insinúa en el documental: era parte de una evolución personal, vivida en aquel momento de forma colectiva por muchísimas personalidades públicas, que llevó incluso a una actriz como Vanessa Redgrave a participar en organizaciones como el Partido Revolucionario de los Trabajadores –que Lennon, asimismo, también apoyó- por la misma época.

La dimisión de Nixon, el nacimiento de Sean, y el fin de la causa abierta por inmigración para expulsar a Lennon del país son presentados como una cierta victoria del artista contra la persecución sufrida por el establishment. Nada más lejos de la realidad. Si por algo fue investigado y perseguido, fue precisamente por suscribir ideales que iban más allá de la simple retirada de tropas de Vietnam, y que propugnaban una transformación en profundidad del poder político y económico de los Estados Unidos de América. Por querer darles voz a aquellos que los dispositivos de contrainsurgencia pretendían destruir, ayudar y financiar, Lennon era demasiado molesto al gozar de autoridad y respetada fama. El centrarse en la vida familiar y el que algunos asistentes a la proyección quisieran enredarse en teorías acerca del asesinato por Chapman no oculta que en realidad el propio sistema ganó la batalla a costa de obtener el silencio, incluso tolerándolo en su país, de aquel que pretendía colaborar en su liquidación.

La presentación de la figura de Lennon en el documental me pareció, como otras experiencias documentales o fílmicas acerca de personajes o periodos históricos similares, dentro del intento contemporáneo por edulcorarlos o suavizarlos por parte de lo que sería cierto establishment cultural vinculado a los que en Estados Unidos llaman liberales, y en España la socialdemocracia. El hecho de que el co-director John Scheinfeld mencionara a Bono como figura actual más o menos equiparable a Lennon no ayuda, ni de lejos, a pensar lo contrario.

Road to ruin

Road to ruin

Una de las estaciones del metro de Charleroi (Bélgica), en los varios kilómetros nunca inaugurados de su red

La fascinación por la ruina, lo abandonado y los pasados ideales era algo que los románticos del XIX sentían con especial predilección. Los planificadores del XX han proporcionado a los arqueólogos de lo moderno miles de obras públicas abandonadas, inacabadas, o que directamente no cortaron la cinta de inauguración.

Uno de mis ejemplos favoritos es la Westway londinense . Citada en libros, discos y films, formó parte de un plan urbanístico del gran ayuntamiento de Londres para construir accesos rápidos a la City desde casi su mismo corazón. La crisis del petróleo desbarató el asunto, pero antes dio tiempo a arrasar parte de Sheperd’s Bush y Notting Hill piqueta en mano, construyendo una de las mayores monstruosidades en cemento armado jamás fabricadas por el hombre. Al final quedó como un trozo de autopista elevada de 4 kilómetros en medio de un núcleo urbano de alta densidad de población. Para hacerse la idea, como lo que significo la Ronda del Mig para Barcelona, pero decorando Carlos III con un viaducto en vez de la trinchera hoy cubierta en gran parte.

Hay otros varios casos nada desdeñables. La red de ferrocarriles del estado español tiene varios centenares de kilómetros de vías explanadas, e incluso construídas, de caminos de hierro transversales nunca inaugurados. Proyectos de la época de la Republica, retomados bajo el franquismo, y que los planes de ajuste del Banco Mundial obligó a paralizar a favor del transporte de carretera. Sin embargo, la constructora de turno se llevaría sus billetes. Como el que hizo los túneles de la Línea 2 del metro de Barcelona, usads durante años para filmar videoclips, teleseries y películas.

Hoy, vemos en nuestras pantallas como hace aguas una de las mayores idioteces constructivas jamás realizadas en territorio del área metropolitana de Barcelona. La máxima expresión de la obra faraónica, el despilfarro y la priorización de inversiones en las grandes obras. ¿Cómo explicar lo que está pasando con la entrada del AVE en Barcelona? ¿Cómo justificar una opción tan costosa como hacerlo pasar por en medio de la saturadísima entrada sur por Bellvitge y atravesar la ciudad con un larguísimo túnel con un coste 4 veces superior al paso por el litoral? ¿A cuento de qué construir otra estación en Sagrera? Y finalmente, ¿Por qué empeñarse en tirar con costoso AVE y no tecnologías Talgo usando los trazados ya existentes? Eso por no comentar la inmensa chapuza de construir un cajón de 11 metros de alto para cubrir las vías a la entrada de Sants. No creo yo que esa sea una forma de cerrar cicatrices en el barrio, me temo.

En mis sueños más húmedos aparece un destino para el túnel de marras que tanto quebradero de cabeza le crea a la clase política: el abandono y su engrose de nuevos parajes para románticos de los parajes desérticos. Incluso un destino tan alimenticio como la abandonada estacion de tranvías suburbanos de Linares, que ahora sirve como viveros para cultivar champiñones. Podría seguir haciendo chistes sobre el tema, pero esto lo hemos pagado con dinero público y no me hace ni puñetera gracia.

Alles is gut

Alles is gut

Tout va bien. Todo va bien. Según había leído y husmeado por ahí, el mejor film del Godard gauchista  amigo del viento del este del maoísmo. Y según lo poco que he visto del director galo, el que más me ha gustado de calle. No deja de sorprenderme el planteamiento inicial, la honestidad brutal de lo que es el cine: para hacer una película, necesitamos primero mucho dinero –y ipso facto decenas de cheques firmados-  unas vedettes que den tirón –Jane Fonda y Yves Montand-, en el film podrían estar enamorados… ¿y una historia?, ¡es verdad! Necesitamos una historia. Lo último que se les ocurre es precisamente que un film debe ir de algo.

A partir del descubrimiento de esta terrible obviedad, el rebobinado es delicioso. Encuadra la acción en Francia, en un año -1972- y describe las clases sociales del país. Obreros que obrerizan, campesinos que campesinizan, y burgueses que hablan por la televisión. En este sentido, tanto Jane Fonda como Yves Montand se ven metidos sin comerlo ni  beberlo en una ocupación de fábrica, mostrada magistralmente, en la que los obreros secuestran al patrón y lo someten a todas las humillaciones y vejaciones que los trabajadores sufren cada día. La acción va mucho más allá, incluyendo una reflexión sobre lo que supuso el 68, el papel de los intelectuales comprometidos –de verdad- en esta sociedad, la absurdida del lenguaje periodístico, y en definitivo, como nos golpea la cotidianeidad en nuestras vidas y nuestras conciencias

No deja de ser curiosa la fijación que tiene Godard contra el PCF y sus organizaciones, como en este caso la CGT. Si que es cierto que al menos admiro de los sindicalistas del film la aparición de un discurso estratégico claro y sociopolítico que echo tremendamente de menos en los nuestros de ahora. Quizás todo se ha ido demasiado a la derecha, o nos lo han provocado colonización de mentes mediante. Estos elementos reformistas del film de Godard  siguen hoy ahí, y parte de esos gauchistas de la Gauche Proletarianne están, cuando no en el decrépito y vacío socialismo francés, directamente en la anti-izquierda. Nunca entenderé, por ejemplo, qué hace en un supermercado Carrefour un activista del PCF vendiendo libros de George Marchais como si de unos san jacobos congelados se trataran, escena de un solo plano por otro lado magistralmente ejecutada y en la que aparece un sabotaje que parece obra de los actuales miembros de Yomango.

Sin embargo, a finales de 2007, me encuentro con una manifestación silenciadísima por esos medios de intoxicación que transformaron con el tiempo su sección de laboral progresivamente en la de economía y bolsa. Y cuando los veo quemar unos muñecos con forma de gerente, y prenden fuego a sus ropas de trabajo, y piden ni un solo cierre más, entonces es cuando caigo en la realidad. Gobierno de izquierda, y una put* mierda, gritan, sus banderas incluyen todas las siglas de lo sindical y bajo ellas, los ignorados de siempre. Como la conclusión final del film de Godard, lo importante es que veamos nuestras vidas en sentido histórico, y asumamos el papel que nos ha tocado vivir y cómo enfrentarlo. Las vidas hermosas ajenas a los procesos sociales no existen, aunque a veces lo parezca a algunos directores de películas-fábulas y a gran parte de la clase que nos gobierna. Todo va bien, ja ja ja.

The age of pamparius

"No crezcas, que luego es una mierda". Eso le dijo un colega al bebé recien nacido de un conocido. En este funesto y nefasto vídeo, que nos indica el futuro del rock español tras el trastazo Tecno de Dover, vemos que hay gente con terribles ganas de ser eplotados por sus patrones, tener depresiones, maridos idiotas, estrías y contratos precarios. Ya se arrepentirán.

 

Ya he hecho la prueba. Tras las dudas sufridas tras el cambio del primer dígito de mi edad, he andado experimentando con algunas variables que podrían indicar una degradación hacia el viejunismo tan odiado por los eternos adolescentes que somos nosotros, pobre juventud precaria.

La primera prueba al respecto fue pinchar dos discos y observar mi reacción psicológica, química ante ellos. Los elegidos fueron Highway 61 Revisited de Bob Dylan y It’s Alive de Ramones. Dado que el disco de los cuatro falsos hermanos de Queens lo he escuchado hasta el vómito, se supone que un clásico del señor Robert Zimmerman, por el contrario, con sus orientaciones de cejas altas y madurez compositiva debería provocarme algún tipo de estímulo extraño. No es así: el de Ramones ganó por goleada y el viejo Bob será grande pero aún no le llegó la hora. Miedo me da cuando empiece con el jazz, sin menospreciarlo.

Segunda prueba: resacas. Aún no hice el festival que se suele celebrar como refocile etílico ante los cumpleaños, pero ese curioso síndrome de abstinencia matutino provocado por el alcohol llamado resaca no sólo lollevo no sólo muy bien, sino que todavía sigue siendo famosa mi capacidad de regeneración física después de una noche de acción. Vamos, que si los fines de semana no los acabo el lunes a las nueve de la mañana con gafas de sol es porque la economía aprieta y no hay posibilidades de que nadie me acompañe en semejante viaje hedonístico.

Tercera prueba. Estatus. Cuando nos parieron, nuestros progenitores tenían contratos fijos, alquileres indefinidos de renta regalada, podían fabricar una prole de hasta tres vástagos sin problemas y algunos detalles que hoy no se dan. Nosotros, los eternos peterpans, no nos encontramos con eso ni de coña. Por contra, últimamente ando tranquilo, parece ser que los que vienen detrás nuestro andan un poco jodidos de la chaveta a golpe de pastilla, éxtasis y demás mierdas que ahora se ingieren con tanta alegría, con la inestimable ayuda de la ESO, claro. De hecho si no fuese un izquierdista impenitente como el que soy me congratularía con un futuro a corto plazo gobernado por las élites formadas en los 80 y culturalmente ocupado por seres como nosotros, que aún nos movía la curiosidad por el conocimiento antes que el consumo por deporte. Y encima eso no es exactamente tampoco así.

Más pruebas: detalles físicos. No solo he rebajado algo de barriga, sino que encima algo como el afeitado anda por los 3 ó 3 días. Ok, con 20 era una vez a la semana. Ya nos preocuparemos con las canas.

Conclusiones: todo esto de los años son idioteces. Hay auténticos seres enterrados en vida a los que supero ampliamente en energía y les dio por caer en este mundo mediados los ochenta. Así que me congratulo. La cabeza no está para sentarla, con ese objeto Dios nos puso culo. Pelillos a la mar pues.

Después de esta sobredosis de miraombliguismo y egocentrismo miitante -casi por encarrgo, gracias lectores!- prometo escribir sobre cosas mucho más mundanas al menos durante otro añito. Buenas tardes a todos.

Ya sé que parece un post de puñetero fotolog, pero tampoco hay mucho más que comentar

The national anthem

The national anthem

La concentración de estulticia por metro cuadrado en esta foto es, sin duda, de órdago.  

Recientemente fui advertido de cierta facilidad que tengo a blasfemar y soltar improperios referidos a cagarse en. Fue la otra noche, en una relajada fiesta privada, en la que refiriéndome a detalles acerca de la bebida o de la música lancé cuatro blasfemias seguidas sin que estuviese emitiendo en absoluto juicios de valor negativos. Para ser sinceros, fueron solo tres y no cuatro, dado que Angel Cristo no es ningún santo ni ser divino, y cagarse en él no debería ofender a ninguna mitología o espiritualidad, al menos hasta donde yo tenga conocimiento. El caso es que poco después un colega me habló acerca ese curioso fenómeno de la coprolalia, es decir, la manía de soltar compulsivamente expresiones y palabras malsonantes sin poder controlarlas. Se trata de un desorden mental, que por suerte –y de momento- no padezco. Todavía puedo controlar en público las frases que relacionan las heces con personajes de las sagradas escrituras, el Corán, el Talmud, e incluso las metamorfosis de Ovidio –es maravilloso cagarse en Zeus, por ejemplo-.

Hoy es doce de octubre, y es un día que en un sentido mental soy especialmente coprolalíco. Resulta curioso que muchos de los estados que  pasan por mi mente celebran su día nacional en fechas que no coinciden en sentido alegórico o histórico con la española. Me explico. Los yankis celebran su independencia el 4 de julio. Los franceses la toma de la Bastilla el 14 del mismo mes. Los cubanos, el asalto del cuartel de Moncada el 26 del ídem. Los portugueses, el derrocamiento del fascismo el 25 de abril. Los italianos, un día similar también un acto por el estilo. Es decir, se tratan de fechas que en mayor o menor medida generan cierto consenso social y marcarían el nacimiento de la nación moderna.

Pero… ¿nosotros? Celebramos la fecha inicio de la conquista y colonización de América. Y no es necesario escuchar a Los Fabulosos Cadillacs ni leer a Bartolomé de las Casas para saber que no es precisamente una efeméride de la que estar especialmente orgulloso. Es tan absurdo como si nuestros vecinos lusitanos ubicasen como fiesta nacional la invasión de Mozambique, o la firma del tratado de Tordesillas. O los estadounidenses su victoria en Cuba. O los holandeses su colonización de Indonesia. ¿Qué hay de orgullo en ello? Nada. Más bien motivo de vergüenza, que la vieja Europa se construyera en base al esclavismo, al expolio e incluso el genocidio en sus colonias. Pasan los años y pondría, por ejemplo, un dos de mayo como alternativa. Es bonito: la resistencia al invasor francés de un pueblo entero. Incluso el revisionismo histórico facha más  sensato habla de la constitución real de la conciencia nacional española en ese periodo. A otros nos gusta más el 14 abril, quizás. Los catalanes incluso celebramos una derrota.

A pesar de ello, nosotros seguimos  con nuestra puñetera Hispanidad como fecha de guardar. Es por eso que hoy sufro de ataques de coprolalia y me cago en la estirpe del puñetero orgullo nacional y de su jodido encuentro entre dos mundos. He dicho.

North Korea goes bang (II)

North Korea goes bang (II)

Siempre me hizo mucha gracia este monigote usado en Team America representando a Kim Jong Il, el malo malísimo por encima incluso de los talibanes

Recuerdo hace una década como cierto actual diputado del parlamento español se dedicaba a mofarse de mi persona con ese humor tan tonto y característico de la izquierda cumbayá que siempre me puso de los nervios, una actitud de humor cutre y tontuna que desconozco si fue la que me empujó de manera definitiva de cabeza al rock and roll y el comunismo -según el día cunhaliano, guevariano, o wumingiano -. El objeto de burla era que, en uno de mis arranques de curiosidad por leerlo todo, me vio con un librito en mis manos, cogido por unos minutos de un estante cercano, en el que se recogía la constitución de la República de Corea del Norte, texto jurídico en verdad no muy diferente al de otros países del mundo. Suerte que la supuesta democracia virtual es así y me permite estos ajustes de cuentas póstumos, dado que el actual señor diputado, por esa regla de tres suya que atribuye por sistema la ideología del libro a aquel que lo lee, debe de tener serios problemas de hormonas cada vez que lea algo diferente al de su posmoderno ideario de bicicletas y medioambientalismo progresista –si se me permite la burdísima caricatura, pero es que los verdaderos ecosocialistas como Michel Lowy sí me merecen respetos-. Dejémoslo en paz a él, pobre , ahora que esta negociando rebajas con la ley de (sic) memoria histórica, y toquemos lo que tenía en mente.

Estábamos con la oficialmente como Republica Democrática Popular de Korea, que citaré por su alias DPR de Korea o el más campechano Korea del Norte. Se trata de un país con un sistema social en el cual, ya no como occidental, sino si fuese una persona culturalmente oriental, me molestaría vivir. No me gusta su modelo de socialismo, no me gusta el culto a la personalidad obsesivo –sí el respeto a los que se lo merecen-, no me gusta su mitología religiosa, no me gusta su retórica del poder. Incluso en esta página me mofé de que usaran videojuegos para entrenar a sus soldados. Okay, dadas las excusas pertinentes por si lee esto algún no iniciado, pasaré a comentar el profundo rechazo que me ha provocado la visión de cierto documental realizado por el canal Cuatro y dirigido por Jon Sistiaga sobre dicho país asiático. Cierto es que Jon sufrió una terrible tragedia, como fue perder a su compañero de trabajo durante la invasión de Iraq en un miserable crimen de guerra que todavía sigue sin investigarse. Es doloroso, y es cierto que allí Jon, con su saber estar, se ganó muchos puntos positivos a los ojos de algunos. Pero duele más que se haya encumbrado como una superestrella del canal Cuatro, cosa que no parecería mal si luego uno no se encontrara con productos audiovisuales tan rematadamente malos, de cinco pelado en la facultad y porque te has currado las localizaciones y la producción.

Invito a su visionado para comprobar como la cantidad de apriorismos, suposiciones basadas en la nada, teorías de cosecha propia y juicios de opinión descaradamente negativos y parciales empañan lo que podría ser un buen documental. Sin ir más lejos, de la DPR coreana he visto unos cuantos, todos de factura occidental, y mucho más serios. Sistiaga no se molesta ni en documentarse en cosas tan evidentes como el famoso hotel piramidal construido en Pyongyang, que no lo fue por ningún delirio del amado líder, sino por un proyecto fracasado de realizar los Juegos Olímpicos de 1988 compartiendo entre las dos Coreas dicho evento. Omite que el señor amado líder recibió también obsequios de otros dirigentes no socialistas mundiales. Falsifica datos, los exagera, los deforma, o los inventa. Omite que Corea del Sur es un país policial y represivo, del cual me vienen a la mente tres cosas: sus Daewoos, sus palomas achicharradas en el pebetero olímpico en Seul'88 y sus masivas manifestaciones de obreros reprimidas a golpes.

Poco a favor dice algo como que el gestor de las visitas de periodistas extranjeros hable bien por su seriedad de los equipos de Tele Cinco y Tv3, y mal de Sistiaga

Pero lo más paródico no es eso. Lo que más llamaría la atención a una mente crítica, aparte del tono amarillesco y poco objetivo del audiovisual, es qué pasaría si un observador de una civilización distinta a la nuestra hiciera un documental sobre, digamos, la Europa Occidental. Un corresponsal de la serie de tv La Nueva Generación de Star Trek, venido desde el futuro, explicando como funciona España. Le sorprendería ver como en un país donde -aparte de basar su economía en el lucro privado y que lo hace en cada vez mayor forma mientras mantiene los salarios a la baja- se hace un culto al dinero, a la individualidad, a la competitividad, a las apariencias y al cuerpo. Como perdemos el tiempo delante de la TV, con programas como Yo soy Bea, Gran Hermano, o tertulias con opinadores que sientan cátedra en temas que irían desde la conveniencia o no del bozal en los perros hasta teoremas de la física nuclear. Como el poder miente de forma sistemática, los medios construyen polémicas y las descomponen, como el olvido de lo inmediato se usa como arma política y de propaganda, como los jueces mandan casi tanto como un gran banquero. Como el jefe de estado es vitalicio y por una cuestión biológica. Como se fabrican objetos que tienen un valor de uso casi inútil, desperdiciamos nuestra fuerza de trabajo en ello, y además la publicidad nos hace desearlos y comprarlos aunque pudiéramos prescindir de ellos. Como somos tan crédulos al bulo, y cuanto más reaccionario y racista mejor –los… (gitanos, negros, moros…) el gobierno resulta que les regala los (pisos, becas, plazas de parking, guarderias, bolsas de pipas…) discriminando a los que sonde aquí. ¡Qué vergüenza! ¡Qué se vayan a su país!- Como el poder crea sus rituales, incluso de masas, para fomentar la adhesión al sistema social. Como somos tan obtusos, ignorantes y desconfiados respecto a los que vienen de fuera, y en especial hacia los árabes. Como la libertad de expresión se concibe como la difusión de ideas sólo por unos pocas élites empresariales, y en la que cabe la intoxicación y la difamación. Como se encarcela y se ilegalizan ideas molestas, como…

No hay duda: somos los campeones de la civilización.

Just say no

Just say no

Despotismo ilustrado se le conocía al periodo de tiempo en que los monarcas absolutos y su corte se dedicaban a legislar a favor del pueblo, pero a su vez ignorándolo.

Uno de los principales éxitos del sistema social en el que vivimos es la gran aceptación de uno de sus axiomas: se ha extendido como sabia propaganda la sensación de que cada uno de nosotros somos libres, podemos participar de las grandes decisiones y expresar nuestra discrepancia. Que ello sea estéril no importa, pero la posibilidad en sí sirve de apaciguador de conciencias. Posibilidades hay muchas: puedes votar cada cuatro años candidaturas que no compiten en igualdad de posibilidades, puedes participar del asociacionismo mientras no sea molesto, puedes ponerte a berrear por el balcón me cago en la hipoteca.

Asimismo se intenta difundir el convencimiento colectivo de que las grandes medidas que nos afectan en nuestra vida cotidiana son tomadas siempre por consensos tan amplios que han de beneficiar necesariamente a la inmensa mayoría de población y, por lógica, al conjunto de los trabajadores y clases populares. Mientras esta sensación funciona, y la disidencia sea individual o fácilmente camuflable, la organización social no corre ningún riesgo.

La derecha catalana y española de toda la vida, en este sentido, sabe maniobrar y aplican la cultura del no sabiamente: es una táctica como otra para escorar las decisiones del supuesto consenso –del que participan indirectamente, vía patronal o asociaciones satélite- todavía más cerca de sus posiciones. Ahí tenemos por ejemplo el empecinado no de CiU y PP al ya de por si flojísimo Pacte Nacional per l’Habitatge, que ha ignorado al movimiento social que lleva movilizándose más de un año por la vivienda digna, e que incluso ha sido visto con reservas por algunas organizaciones firmantes.

Paradójicamente, en las leyes preparadas por el gobierno central acerca de la memoria histórica se ha ignorado de manera sistemática a las asociaciones y juristas internacionales que trabajan la materia, se ha manoseado sus principales reivindicaciones y se negocia entre cúpulas a la vez que la derecha española, en una extraña identificación nostálgica con el pasado franquista, no es capaz de asumir que cualquier partido democrático, liberal y centrista europeo nunca tendría ningún reparo en asumir como normal la ilegitimidad global de los diferentes sistemas de corte fascista que gobernaron el continente en diferentes etapas del siglo pasado. Es una identificación nostálgica y tiene mucho de táctico también. Así como es torpe la izquierda negociante que no ha podido o no ha querido introducir como innegociable un punto como es la anulación de todas las sentencias del franquismo, rebajándolo en una simple ilegimitidad de los jurados. Volvemos a jugar con leyes de punto final, esas que luego critican en el cono sur latinoamericano.

Queria empezar el texto con una reinvidicación de la cultura del no, pero me ha parecido más correcto ubicarla al final, con cierto sentido retórico, como posible respuesta al juego de trilero cotidiano que el poder político, incapaz de enfrentarse a la prepotencia del económico, nos ofrece. La cultura del no, desprestigiada y machacada últimamente, la que hizo en su día al ministro de exteriores soviético, Andrei Gromiko, ser conocido como el señor Niet. Se dice, has de ser constructivo, has de saber alianzas, has de saber cómo avanzar. Y una mierda, las alianzas se hacen en igualdad de condiciones, nunca de subalternidad o llorando detrás implorando que te hagan caso. Yo reclamo esa cultura, porque ya es suficiente de tener que comulgar con ruedas de Hummer, de esta impostura cotidiana que pretende dar todo al pueblo y con el pueblo, pero por el contrario se lo da al capital maquillado de ayuda, subvención, etc. Grandes medidas del gobierno para acabar con la mafia. El ejecutivo ayudará a los extorsionados pagándoles parte del impuesto por protección. Como paliar una fiebre conservando la gripe.

Que trabaje el rey

Que trabaje el rey

Publicado en Alerta Roja

Quedarse en el tinglado mediático acerca si es éticamente correcto o no prender fuego a papelitos con el señor Borbón pintado solo sirve para que, una vez pasada la ola de declaraciones, tertulias de radio y conversaciones de taberna, desaparezca la posibilidad de abrir seriamente el debate republicano y nos quedemos en meras formalidades sobre las maneras aceptables o no –en realidad, para el poder ninguna lo es- de protesta.

Debate sobre la República que debe ir más allá de la mera eliminación de la Casa Real y su Corte, y la sustitución del monarca por un presidente de la república, aunque este sea la parte más evidente por obvia. Debate que ha de entrar en los valores republicanos de la laicidad, de la igualdad y la fraternidad, de la importante reforma social necesaria para hacer una republica como aquella II que, a pesar de muchos males, pretendió ser de trabajadores y renunciar a la guerra como instrumento de política exterior. De encajar los diferentes territorios y hacer un estado plurinacional, a partir de una unión voluntaria y no desde una imposición centralista. De superar los residuos que aún existen heredados dle franquismo y que no fueron eliminados en la Transición.

Todo esto es fundamental si no queremos que, llegado el caso, sea la derecha (politica, económica…) la que lleve a cabo el cambio de modelo de estado y quede en una simple modificación estética sin ningún cambio real que afecte a la vida de los trabajadores y las clases populares.

Es el momento de extender las plataformas ciudadanas por la III republica, de difundir el ideario republicano, de llevar a cabo mociones en ayuntamientos, de construir una base real para que la Republica la traigamos nosotros, y no nos la traigan otros.

The end of Christianity

The end of Christianity

Los presidentes de Venezuela y Irán anuncian el fin de la era del materialismo

Leo ese titular el pasado viernes en Público, el que se supone podría llenar el hueco informativo que nosotros, huérfanos mediáticos, estábamos esperando. Me quedo totalmente estupefacto ¿de qué podría ir una noticia así? ¿El retorno a Hegel y Platón en ambos estados y el desprecio a la visión materialista de las ciencias sociales? O, usando una acepción más popular del término, ¿ tal vez al fin de una actitud favorable al acaparamiento de bienes materiales a costa incluso de los demás, sin una ética que lo regule? Desconociendo cual podría ser la respuesta, me zambullo en el texto, y choque ver que la frase materialística solo fue enunciada por el mandatario iraní, pero se les atribuye en el titular a ambos mandatarios. Más impactante aún percatarse que la noticia se refiere a unos acuerdos económicos entre ambos estados, que además tienen una relación fluida por ser socios de la OPEP. Hablamos de un tratamiento de la información tan risible que la edición web ha hecho sus retoques, aunque asistimos a un refrito de un teletipo de EFE. Las peores prácticas de la intoxicación informativa, vamos.

Con la guerra del fútbol como escenario, no sé a qué pretende llegar el nuevo diario. Destellazos de interés se mezclan con chapuzas de tomo y lomo, o alguna portada que roza el amarillismo. Ya sabemos que no podemos esperar maravillas de un producto de una gran corporación, pero creo que todos partíamos desde ese punto y dejamos la ingenuidades atrás ¿Vale la pena? En una semana les digo.

God

God

No todos los días a uno le saludan en los créditos de un disco. Volvieron, y en mejor forma que nunca. Descárguenlo aquí .

Spirit of Radio

Algunos más que un Fòrum de les Cultures necesitarían más bien acceso directo y urgente a la cultura en sí


Andaba ayer escuchando la radio cuando tuve conocimiento de que, por fin, el en su día muy polémico Forum de les Cultures celebrado en Barcelona hace tres años ha tenido por fin,su secuela. La franquicia de lo que desde sectores críticos se le llamó fascismo postmoderno, o la asimilación absoluta de discursos más o menos críticos por parte del orden actual ha iniciado su andadura en Monterrey, una localidad industrial de México. Escucho al gobernador del Estado de Nuevo León el porqué defendió la celebración de dicho macroevento en la ciudad y me quedo de piedra ante su honestidad: considera que básicamente sirve para revalorizar las zonas del centro de la ciudad y darles un valor añadido que antes no tenían. En un plano secundario, remarca que la ciudad “por fin tendrá un río”, en referencia a la contaminación del Santa Catarina, quizás ignorando que unas cuantas décadas atrás podría ser perfectamente salubre, y una par de pinceladas acerca equipamientos culturales.

Sin embargo, resulta sorprendente que el mismo personaje acepte, a diferencia de nuestro entonces alcalde Clos en su momento, no sólo que existen sectores discrepantes ante el evento, sino que en su edición barcelonense se produjeron errores de calado que ellos han solventado. Entrada gratuita, duración más breve, propósitos más modestos. Para mi gusto, la muestra clara de que el Forum acabará siendo un acto tan cutre y decadente en unos lustros como el festival de la OTI o los juegos del Mediterráneo. También es cierto que otro cantar es el que el gobernador de Nuevo León dedica a los discrepantes: no les interesa la cultura, son cuestiones partidistas, en inversiones sociales andamos sobrados.

De todo ello me quedo con la obscenamente sincera descrición inicial: hacemos el fórum en Monterrey para especular. Tan claro y diáfano como los diarios económicos hablando de despidos y aumento de ganancias como el que comenta en el bar el gol de Messi el sábado, con total naturalidad.

Emperor tomato ketchup

¿Qué es un ser humano?  ¿Cómo definir un tomate? ¿Y un cerdo? ¿Como interactúan entre ellos? Todo ello y más, incluyendo el definitivo porqué de las cosas, en este colosal documental brasileño. Y comprimido en tan solo 14 minutos. A disfrutar.

 

Aquí llega Dios

Aquí llega Dios

Además de todopoderoso, adelantado a su tiempo 

Según la mitológica judeocristiana  que nos rige, la divinidad superior –el señor Dios- es todopoderoso, por lo cual todo lo controla y todo responde a sus leyes y sus designios. Nada escapa a su control o vigilancia. No para un senador de Nebraska , que ha presentado una denuncia contra el Padre del cielo por ser responsable de nefastas catástrofes a lo largo del planeta. Inundaciones, tornados, terremotos, maremotos. Justamente lo que nos preguntábamos en clase de religión –obligatoria- cuando éramos unos crios. Pues por fin ha llegado nuestro justiciero de la montaña dispuesto a sacarnos de dudas, en mi caso 20 años después de planteármelas.

El tipo ha intentado invocar al denunciado, pero no lo ha coseguido. Dicha demanda ha sido admitida a trámite.  Bendito país. Todavía me estoy preguntando si se trata de una maniobra propagandística del mismo Dios en tiempos de laicisimo galopante de la vida en gran parte del llamado mundo desarrollado: su condición de todopoderoso haría imposible tamaña absurdidad como ésta.

Condenados a luchar

Condenados a luchar

Pongo esta foto a ver si algún fiscal meapilas ve esta web y por ende la clase política se ve obligada a condenarme a mi también

 

Queda usted condenado. Desde hace unos cuantos años, este verbo de resonancias jurídicas-religiosas se ha extendido como palabra de uso obligatorio para mostrar una discrepancia de gran calado ante unos hechos determinados. Raro es no oír como se exige -después de incidentes, altercados, atentados de ETA , declaraciones públicas de juanito, ventosidades en público, etcétera- que todas las super estrellas del rock que copan nuestros telediarios y ejercen de líderes de opinión muestren su más enérgica condena. Y pobre de tí que no lo hagas. Las consecuencias me las ahorro, aunque lo más light es la exclusión sistemática del pesebre reservado a los dioses del Olimpo. Los más light.

Sin embargo, tal manía topó una vez con un rompeolas, y curiosamente era una persona de autoridad limitada al tratarse de una vulgar estudiante. Tras una manifestación estudiantil, en la que hubo carga policial, destrozo de escaparates, algún coche dañado y decenas de personas heridas, la Televisión preguntó a la portavoz del acto si condenaba los hechos. La respuesta, la correcta: Ella no era ningún tribunal, por lo tanto no podía emitir condenas de tipo alguno. Olé. Bravo. Touché.

A pesar de semejante muestra de precisión linguística por parte de nuestra anónima activista, temo mucho que al paso que vamos no sea extraño condenar a Rijkaard después de un mal partido del Barça, hacer lo propio a Tarantinto tras haber presentado su floja Death Proof, o hacerlo con nuestros churumbeles por beber el agua de las macetas. He dicho. Seréis condenados.

Zeitgeist

Zeitgeist

La visualización del documental Zeitgeist se me ha revelado como uno de los máximos entretenimientos de estos últimos días. Su difusión por la red ha sido bastante amplia y, por lo que parece, su aparición ha provocado críticas y alabanzas a partes iguales.

El espiritu del tiempo, en alemán, es un producto que a través de tres partes pretende establecer un discurso narrativo con cierta coherencia. La primera de ellas narra como el cristianismo es en si mismo una mitología construida a partir de elementos de cultos anteriores y coetáneos una nueva ideología dominante en la que se basará el poder en el imperio romano tardío y posteriormente con especial virulencia. El mito como elemento cohesionador y eliminador de la discrepancia o la disidencia, como disciplinador y justificador de la sociedad clasista.

Posteriormente, esta parte enlaza con la segunda: el mito actual construído por el poder es el del miedo a la amenaza exterior, y como respuesta a  él la guerra al terror como respuesta, contra un enemigo nuevo y difuso sin cara. La materialización de este mito partiría a partir de los atentados del once de setiembre de 2001, cuya versión oficial los autores califican como un fraude al servicio de la guerra permanente. A partir de la historia estadounidense del siglo XX se aprecia como la creación de estos mitos o excusas para entrar en guerra han sido continuados.

La tercera parte escarba en cómo el poder financiero y de los bancos se hace a lo largo del siglo pasado con parte importante del poder efectivo político de los Estados Unidos y controla el económico a su antojo, siendo unos de los  principales instigadores de conflictos bélicos, que se revelan como grandes negocios para la banca y para la industria del armamento. Finaliza el documental con un final apocalíptico que no desvelo, pero sobre el cual no puedo arrojar opinión por una mezcla entre perplejidad y desconocimiento ante lo que se nos expresa.

Muchas de los contenidos ya los conocía, o son de dominio más o menos público. También pienso que ha sido realizado más bien para un público no europeo. Y pese a su formato divulgativo, que merecería una matización y precisión de los conceptos que en él se expresan, y algunas interpretaciones y recursos narrativos que se utilizan, no puedo dejar de recomendar su visionado. El enlace es éste. Buen visionado a todo el mundo. 

Sí, sí, sí. Tanques rusos en Madrid.

Sí, sí, sí. Tanques rusos en Madrid.

Leído en La Dinamo

 

El pasado jueves 6 de septiembre murió en Madrid Pablo Sorozábal (1934), un gran novelista, poeta, ensayista, traductor y músico. Entre otras cosas debemos a Sorozábal la música del himno –tan oficial como clandestino: nunca se interpreta en los actos oficiales– de la Comunidad de Madrid cuya genial letra elaboró Agustín García Calvo. Lo mejor de Sorozábal es sin lugar a dudas su novela Lloro por King Kong, pero su trayectoria como articulista hubiese merecido una mayor atención de la que recibió. En los años ochenta y noventa publicó en Egin artículos lúcidos, brutales, eruditos y, algo que no siempre se percibió, cargados de un corrosivo sentido del humor a años luz de cualquier corrección política. Como muestra, recordamos algunos fragmentos de su alucinante “Elogio sentimental del tanque ruso”, publicado en 1989, poco después de la caída del Muro de Berlín.

Elogio sentimental del tanque ruso

Pablo Sorozábal

“Casi todo el mundo parece estar muy contento porque el tanque ruso ha hecho mutis por el foro. Pues bien, lamento mucho dar la nota, siento –lo siento por mí– no unirme al coro, pero es que me resulta imposible. No es que me guste practica el esnobismo de ir a contrapelo. Al contrario, lo detesto. Uno de mis mayores placeres (y declaro que el hedonismo es lo mío) consiste en no discrepar de la mayoría, sino coincidir con ella. (…) Pero (…) debo confesar, y confieso, que aquel ente mítico pero real, aquella fiera de plomo y acero (discúlpenme los estilistas del idioma por la vulgaridad de la metáfora, y los ingenieros armamentísticos por el presumible error metalúrgico) siempre fue objeto de mis amores. Sí, siempre amé, y sigo amando con pasión, con ternura, con devoción y con devoción y con delirio al carro de combate del Ejército Rojo, más conocido por ‘tanque ruso’.

Pese a mi extrema juventud (sólo llevo en este mundo cincuenta y cinco años), mis relaciones amorosas con el tanque ruso datan de muy atrás. Sin pretensiones de exactitud, me atrevería, sin embargo, a afirmar que mi affaire erótico con el tanque ruso dura ya cuarenta y cinco años. Todo comenzó, sin duda, cuando mi padre me habló por primera vez de aquellos tanques rusos que acudieron en ayuda de los milicianos y se lanzaron a contener el formidable embate de la no menos formidable máquina de guerra que italianos y alemanes habían puesto a disposición del general Franco.

(…) Siempre odié la guerra y la odio. Siempre amé la paz, y la amo. He aquí justamente la razón por la que el tanque ruso suscitó en mí tan hondos sentimientos de ternura, de admiración y solidario fervor. El tanque ruso enarbolaba la bandera de la hoz y el martillo, la roja bandera del comunismo internacionalista, esto es, la bandera de la paz, la razón, la humanidad y la justicia. Ahora bien, si es cierto que el tanque ruso se convirtió en símbolo de la victoriosa revolución socialista decidida no sólo a terminar de una vez por todas con la barbarie capitalista en los territorios del antiguo imperio zarista, sino a frenar y contener dicha barbarie en el resto del mundo, también es cierto que otras armas en manos bolcheviques no eran menos merecedoras de ternura, fervor y solidaria admiración, como la artillería, pesada o ligera, la audaz y temible artillería soviética, como las baterías de cohetes Katiuska, los fusiles automáticos Kalashnikov o la aviación de caza, sin olvidar las bombas nucleares y sus misiles portadores, cuya existencia (conseguida con tan enormes sacrificios del pueblo soviético) logró impedir, a principios de los años cincuenta, que el imperialismo, con EE UU a la cabeza, continuara arrojando las suyas sobre ciudades indefensas, asesinado en un abrir y cerrar de ojos a centenares de miles de personas, como hizo en Hiroshima y Nagasaki.

Sí, lamento mucho herir la sensibilidad de las gentes de bien (…) si elijo estos tiempos que corren, justo éstos, para hacer mi elogio sentimental del tanque ruso. Pero es que a uno, francamente, le trae sin cuidado quedar mal ante la inmarcesible y viril inocencia que brilla en los ojos de los demócratas de hoy (fascistas de ayer y de siempre). Por eso no me privaré tampoco de proclamar que ando ahora preocupado sentimentalmente por la armas de Cuba, y que si en mi mano estuviera, le diría al gran Fidel: Comandante, acépteme estos cientos de bombas nucleares y sus correspondientes misiles. Acéptemelos, se lo ruego, en nombre de Euskadi. Pero, desdichadamente, no tengo bombas ni misil que regalar a la Revolución cubana, así que me veo obligado a limitar mi solidaridad a unos gramos de leche en polvo o penicilina, más que nada como símbolo del bloqueo de la isla y, también, como escupitajo contra la jeta de esos traidores, mafiosos, bandidos, canallas, ladrones y malnacidos que, en la patria de Lenin, han secuestrado, de momento, a mi bienamado tanque ruso”.

 

September

September

Llega el mes de septiembre y me adentro en la semana más temida por muchos. La vuelta al cole, el retorno al trabajo, el canto de cisne de las vacaciones representada por las fiestas mayores. No para mí.

Una vez más, he acabado un trabajo basura más, reingreso en el mundo de los desempleados con mi primer accidente laboral incluido, y una economía levemente más saneada. Y es que esto no puede seguir así, de faena en faena y cada vez salgo más quemado de cada una de ellas. Vuelven las semanas de tirar ridiculums vital, de venderse en entrevistas absurdas de trabajo oficiadas por selectores de personal con mucho estómago y pocos escrúpulos. Maestros en el arte de decir sutilmente NO. Ríanse de aquellas que nos dieron calabazas a lo largo de nuestra experiencia vital.

Necesito más mano izquierda y casi la he recuperado ya. Una tendinitis en dicha muñeca zurda me llevó de cabeza al mundo de las mutuas, de los médicos, de los tratamientos de rehabilitación y de los chistes por parte de amigos y cercanos. Blandengue, que eres un blandengue. Si de paso añadimos que la sala de fisioterapia esta llena de compañeros sufridores de dolencias bastante peores que la mía y auténtica carne de activistas de Acción Mutante, el sentimiento de culpa cristiano está servido.

Agosto me ha introducido la pereza por la escritura, por la disciplina consciente de actualizar habitualmente, por dejar de leer las noticias y sacar el fusil de francotirador. Y eso que aún funcionamos a pilas y nos prometen, otra vez más,  solución a nuestro sempiterno problema respecto al derecho a techo. Menos mal que frente la fantasmada de mi Chaves más odiado –Manuel, no Hugo- apoyada por la happy ministra de vivienda Carme Chacón, el maestro de los muñecos y la macroeconomía Pedro Solbes ha aportado el perfil de la realidad: somos unos liberales y haremos lo de siempre. Siempre nos quedará, contra eso, berrear como niños cantores de Viena . En un mes nos vemos allí.

The way we were

The way we were

Katie Morosky reparte panfletos en la universidad mientras grita:

-Abajo Franco! Vivan los leales republicanos!

El doblaje en español por el contrario desnaturaliza sus consignas de agit-prop. De esta forma, se convierten en No a los belicistas! Viva la paz!

Poco después, Katie se pega un mítin delante de gran parte del alumnado del campus. Nuestros amados dobladores no consiguen, por lo gráfico del asunto, escamotear la militancia comunista de nuestra agitadora.

 -En España hay una guerra contra la Republica, Hitler y Mussolini están ensayando allí lo que desean, una nueva guerra mundial. Tenemos que frenarlos, debemos apostar por la paz mundial. Lo que quiero es que en España solo haya españoles.
 
El doblaje le destroza su arenga: En España hay una guerra entre hermanos. Los dictadores de Alemania y Italia desean iniciar una nueva guerra mundial. Debemos lucha por la paz mundial. Lo que deseo es que en España solo haya españoles.

Perplejo, miro el año del film. 1973. Sostengo que debe ser fruto de la censura tardofranquista el distorsionar el trasfondo histórico del personaje de Katie en un film protagonizado por Redford y Streisand, todo un revienta-taquillas potencial. Trasquilado, pero básico para entender según qué cosas. Aunque para según quién no hace falta, la cosa finalmente queda en que Kate es una chica compleja.

Por un segundo creí entender a aquellos acérrimos defensores de la voz original subtitulada. Sin embargo, un recuerdo del film Capitanes de Abril me desmiente esta tesis. En un momento final del film, uno de los responsables de la toma de los estudios de la radio, mientras se dirige a la prensa francesa, afirma en un correcto portugués:

-Consideramos que el pluripartidismo es el mejor camino para la construcción del socialismo.

Los subtítulos en español recortan la frase a partir de camino. Tampoco importa para según qué gente que elimine el calado de ese acontecimiento histórico lusitano, aunque  considere en ambos casos una mutilación intencionadamente ideológica que deja ambos films cojos, muy cojos.  Ni dobladas ni VOSE: descubran con las dos versiones el 100% de los diálogos. Si tienen tiempo para ello.

Damaged

Damaged

Mes de agosto sólo en casa, blog en letargo, las vacaciones como excusa para escribir menos. El aislarme de la tele me provoca la impresión de que no ocurre nada, no hay sucesos reseñables ni nada que valga la pena ser resaltado, criticado o puesto en tela de juicio. Mes de agosto en el que, por esta misma razón, nos hemos olvidado que la ciudad funciona a pilas, a golpe de generadores eléctricos a combustible, también generadores de humos también y de molestias cotidianas. A quien se le ocurre poner el suministro de luz eléctrica en manos privadas, dicen por mi casa. A quién se le ocurre relegar las grandes inversiones en materia de transportes en AVE. A quién se le ocurre decir que los catalanes somos unos peseteros insolidarios, con las infraestructuras de RENFE petando día sí y día también y las inversiones congeladas desde hace quince años.

Paralelamente, en un acto que parece de gag, broma o tomadura de pelo, mi mano izquierda ha dicho basta. El sostener una carpeta en horizontal unas 4 o 5 horas al día me ha provocado unos dolores en muñeca y antebrazo durante toda la semana pasada. Eso es que no sirves para trabajar, me dicen medio en broma, medio en serio. Hasta que ayer creí que ya era suficiente. Sobrecarga muscular lo llaman. Lo había oído miles de veces por televisión en la sección de Deportes, como motivo de baja. Y en mi caso lo ha sido. Llevo un aparatoso vendaje elástico cubriendo todo mi brazo izquierdo. En una semana estaré bien, dicen los de la mutua, pero solo me dan dos días de baja. Barcelona ciudad lisiada, pensarán los turistas cuando les encueste y me vean con semejante apósito cubriéndome el brazo. Muy probablemente estén en lo cierto.